El trío calavera

Sánchez, Rubiales y Luis Enrique, la fórmula infalible para llevar a un país al desastre en el sentido económico, social y deportivo. Se dice que habitualmente Dios los cría y ellos se juntan, como así ha sido en este caso.

Sánchez, al que de sobra conocemos por su fiabilidad, contundencia y principios, ha vendido España a los separatistas golpistas, a los etarras y a los comunistas (estos personajes psicopatológicos son capaces de vender a su madre si hiciese falta y por supuesto a vender hasta a su propio partido, el PSOE, en riesgo claro de seguir los pasos del partido socialista de Francia e Italia, donde ha desparecido prácticamente) con tal de permanecer en el poder unos meses más.

Lo más sorprendente para los españoles es la nula reacción de los antiguos dirigentes del PSOE que, salvo el honrado Leguina, ya expulsado del PSOE, han dado la callada por respuesta al desastre que le espera al PSOE. Por cierto, Sánchez ha sido el primero que ha felicitado a Marruecos por su victoria, junto con un insólito tuit de TVE, que luego borró. ¿Cuándo ha felicitado Sánchez y TVE a un país que le ganase a España, lo hicieron también con Japón? Otra vergonzosa pleitesía más a Marruecos.

Rubiales, del que ya vamos conociendo su forma de trabajar y hacer negocios y sus futuros problemas judiciales, comenzó dando la cara en el mundial de Rusia 2018, expulsando a Lopetegui por su fichaje por el Real Madrid y colocando al frente de la sorprendida selección a un buen jugador, pero desconocido entrenador como Fernando Hierro, con el «magnífico» resultado que todos sabemos y ha seguido con el fichaje de Luis Enrique para este Mundial, que acaba de finalizar con la cara roja de vergüenza de muchos españoles las derrotas de Japón y sobre todo Marruecos. ¿Por qué razones ocultas sigue todavía al frente de la Federación Española de Futbol? Con Sánchez de presidente del Gobierno todo es posible, de elucubrar e imaginar.

Luis Enrique, al que le dediqué un artículo antes del Mundial, que es cuando hay que hacerlo, es un hombre que despierta con sus declaraciones y jugadores seleccionados más rechazo que aceptación y la mayoría cambiamos de canal cuando aparece el «gracioso» Luis Enrique para informar de la última de sus ocurrencias: streamer. Qué lejos queda de Luis Aragonés y Del Bosque, en lo deportivo y sobre todo en la vida. Nos ha dejado con la cara roja de vergüenza por la derrota ante Marruecos, menos para él que estaba igual que siempre en sus declaraciones diciendo que «estaba más que contento con sus jugadores» (???). Dimisión inmediata.

¿Hasta cuándo tendremos al «trio calavera» en España ?