Cartas al director
A cada uno por su nombre
Parece que hemos reducido nuestra preocupación por la guerra que desató Rusia contra la pacífica Ucrania, pero el horror de la guerra no se reduce y el abuso de uno de los países más preparado para matar sigue como el primer día, a pesar del ardor y el tesón que tienen los atacados defendiéndose de tan cruel ataque de unos asesinos.
Pero hablando de asesinos o criminales, es bueno tener en cuenta que no solo es asesino el que mata, sin ninguna duda lo es también y sobre todo, el que manda matar. En el caso que nos ocupa, Putin manda a su tropa a matar a los ucranianos, a destruirles sus propiedades y a dificultar su vida normal. Además Putin alega una serie de mentiras de sus intervenciones bélicas, que le definen como un astuto mentiroso.
Ciertamente no llegará a tanto Putin con sus mentiras, como nuestro Gobierno español y, sobre todo como el presidente del mismo, fray Mentiras, o como le llama Luis del Val, Pedro I el Mentiroso, campeón del embuste y la falsedad. Igualmente nuestro Gobierno es profuso en la creación de leyes que despenalizan la matanza de niños no nacidos (aborto) o para mutilar de por vida a los que ya han nacido (ley trans), o bien asesinar a los mayores que no sean útiles (eutanasia) y promueve con entusiasmo que se apliquen al mayor número posible de personas. Recordemos que no solo es asesino el que mata, también todo aquel que promueve o facilita esta matanza.