Cunde la desesperación

En el momento en que escribo estas líneas siento un profundo malestar conmigo mismo. Hace meses que estoy en el paro, no tengo ganas de casi nada y lo peor, aquí viene el drama, es que no lo exteriorizo con nadie. Soy incapaz de hacerlo, porque todos me ven como una persona feliz. Pero hasta las piedras sienten, la verdad.

Me encuentro totalmente desganado, sin atisbos de mejora y ya no sé qué hacer. Recientemente me apunté a un curso, con gente maravillosa, pero a la hora de hablar, todos lo hacen del trabajo y yo no tengo nada que decir. Situación que se produce entre mis amigos. Quiero trabajar, que alguien me dé una oportunidad, vivir dignamente, o al menos intentarlo. No depender de mis padres, tener mis pequeños caprichos sufragados por mí. Intentar ser feliz, y poner fin a esta angustiosa desesperación que no tiene nada de bueno ni de positivo.

Sí, soy periodista. Y aún creo en el Periodismo. Aunque no sé si tanto para obrar el milagro.