Cartas al director
Y ahora le toca a los jueces
Los jueces han hecho pocas huelgas a lo largo de la democracia. Paros puntuales que pretendían una mejora de las condiciones de trabajo, y de la propia Administración de Justicia, eternamente abandonada a su suerte por gobiernos de todo tipo. Pero la huelga que se avecina, si nadie lo impide, no será como las anteriores. A veces hay que hacer cosas que no gustan para llegar a lugares en los que nunca han estado.
Al fin y al cabo son trabajadores que en los últimos veinte años han visto cómo sus salarios no solo no se han actualizado con arreglo al espíritu de la ley de retribuciones de la carrera judicial y fiscal, sino que han disminuido en comparación con el resto de la función pública. Frente a ello, la carga de trabajo de los jueces ha aumentado.
La complejidad de los pleitos se ha ido incrementando a la par que la propia complejidad de la sociedad, y la influencia de la normativa y jurisprudencia europea ha sido cada vez más creciente en nuestro día a día. No hay tiempo material de celebrar juicios, hacer resoluciones, resolver las cuestiones ordinarias del juzgado, y formarse, con la exigencia debida, para dar el mejor servicio al ciudadano. Se pueden hacer sobreesfuerzos durante un tiempo, pero no se puede mantener un sobreesfuerzo todo el tiempo. Y si se hacen, qué menos que pagarlos de forma justa.
Un trabajador no puede tener vergüenza por pedir más dinero cuando cumple día tras día sus obligaciones en tales condiciones y, por si ello no fuera suficiente, le ampara una ley de retribuciones específica que dispone que cada cinco años se constituirá una comisión con Hacienda y Justicia para adecuar sus salarios. En veinte años nunca se han actualizado.
¿Es razonable que desde el 2018 la Ley Orgánica del Poder Judicial disponga que a los jueces se les abonará un complemento de carrera profesional y este no se haya desarrollado? Han decidido convocar una huelga indefinida, mientras la ministra de Justicia se paseaba por la Feria de Sevilla ,espero que alguna copita de vino le haya hecho reaccionar porque se le viene encima una buena.