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Cartas al director

Fin del respeto a la autoridad

Vi en las noticias la celebración del día uno de mayo, fiesta del trabajo en el mundo. Muestran las movilizaciones en Francia. El resultado de éstas es de más de cuatrocientos policías heridos y sesenta manifestantes. Resulta paradójico que la Policía que se supone es la encargada de hacer cumplir las normas sea la peor parada cuando tiene elementos de fuerza para restablecer el orden. Esta circunstancia se repite con mucha frecuencia, sobre todo en Europa. Todos recordamos los disturbios del uno de octubre de 2017 en la comunidad catalana o los comportamientos de los okupas. Según la RAE, Policía es: «Cuerpo encargado de velar por el mantenimiento del orden público y la seguridad de los ciudadanos, a las órdenes de las autoridades políticas». Esto viene a decirnos que está envestida de autoridad y capacitada para cumplir y hacer cumplir las leyes. Esto pasaba hasta hace muy pocos años en los que las fuerzas de seguridad del Estado eran respetadas y se encargaban de mantener el orden. A día de hoy se ha perdido el respeto a la autoridad, de tal forma que debido a las normas impuestas por los políticos han reducido las capacidades de la Policía, que se han convertido en blanco perfecto de los alborotadores, sabedores de la impunidad en su manera de proceder, siendo atacados sin defensa alguna. Ningún agente se atreve a usar medios represivos por temor a perder el empleo, ya que se protege más al vándalo que al policía. O los políticos devuelven las capacidades coercitivas a las fuerzas de seguridad o los que van seguros por la calle son los delincuentes e inseguros los ciudadanos normales.

Agustín Aznar

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