¡Que vienen los alemanes!

Ya adelantan sus vacaciones con la excusa de escudriñar la fresa onubense y vienen a ponerse finos, jamón de Jabugo, palo cortado y ecos del Rocío, sus señorías del norte: ecolojetas y tontos que hay en todos los lados, Carlos Herrera dixit. Vendrán a decirnos que no se puede comprar la fresa de Huelva, por no se sabe qué querellas del agua y de Doñana. Que bastante les importará a ellos Doñana, digo yo, como a nosotros el carril bici de Wiesbaden.

Confieso que no me parece mal la injerencia (digo la inspección) alemana, porque a la par los españolitos nos vamos a pasear por la frutería del Lidl o del Aldi para fiscalizar lo de la fresa y de paso dándonos la satisfacción de ver sus estanterías llenas de riesling, esa imitación barata de nuestro chacolí.

La «Comisión de la Fresa», encabezada por don Heraldo Enbner, es germana y quizá teutona (con perdón). Su tournée ha comenzado en Madrid y seguirá por Almería para observar el aprovechamiento de las aguas. Cuando lleguen a Huelva temo que ya estén más que hartos de líquidos y sólo así es posible que emitan un dictamen favorable.

Viene a mi memoria que, en aquel lejano 1982, el año de Naranjito y Clementina, Mariano Ozores dirigió una película titulada ¡Qué vienen los socialistas! y que mucho nos divirtió. En ella se cantaba aquello de «que vienen los socialistas… que vienen los socialistas y nos quieren gobernar». Va a resultar ahora que tendremos que filmar otra que se llame ¡Que vienen los alemanes!. Que vienen los alemanes… y nos quieren jorobar.