Cartas al director
Sánchez, antiespañol
Que a nuestro presidente le importamos un pimiento los españoles está muy claro, y quienes no quieran verlo así, o están ciegos o tienen intereses particulares con este señor. Que nuestro presidente se radicalizó obrando como un perfecto extremista de izquierda es igualmente muy claro. Y hay un hecho que lo prueba, pues cuando él llama extremista a partidos políticos de centro es que él está tan a la izquierda que los ve muy lejos en el arco político. Es un hombre que busca la confrontación en la sociedad y en su modo de vivir, cuando habíamos decidido la convivencia y el respeto entre todos; busca a la desesperada la fractura social, con el objetivo de minorar su calamidad. Decía Nicolás Redondo: «Su discurso es radical y muy parecido al de los años 30»; y lleva mucha razón. Vemos en su actuar que nunca busca el bien del pueblo, solamente su propio provecho, destruyendo bienestar, costumbres, modos de vida, la inocencia de los niños, ocupándose en favorecer siempre a los delincuentes, los terroristas, golpistas y a todo aquel que busque el final de la democracia en España. Inventa una historia de nuestro país falsa, que impone por ley. Evita que el pueblo le vea, pues le pita y abuchea.
Sánchez desprecia la libertad al abrazarse a Podemos, un partido que tiene como maestros a unos mandatarios contrarios al concepto de libertad, como son los bolivarianos de Venezuela. También ha dicho Redondo que «la política no es una profesión, es una pasión. Se está y cuando pierdes te vas».
Todo mandatario honesto busca la mayor participación posible del pueblo en sus consultas electorales. Fray Mentiras ha decretado las elecciones en la fecha en que más ciudadanos se encuentran de vacaciones y más calor hace para salir a emitir nuestro sufragio, con el fin de limitar el número de votantes. Siempre con triquiñuelas contrarias a la dignidad y al deseo general de la población. No obstante confío en que los españoles sean coherentes y voten aunque estén fuera de su residencia habitual, pues es muy importante despedir a este déspota.