Cartas al director
La arquitectura, la gran olvidada
En tiempos de exceso de datos, fuentes no muy fiables y opiniones sesgadas, conviene detenerse a identificar lo importante. Cuando las prisas solo nos dejan ver una capa muy fina de nuestra realidad cotidiana, en ese escenario, la arquitectura importa. Coincidiendo con el inicio de los gobiernos municipales y después de unas elecciones generales, es importante señalar la trascendencia de cuestiones que, en algún caso por reiteración y en otros por falta de difusión, no están siendo consideradas en su justa medida. La oferta de vivienda, el apoyo a la rehabilitación, la mejora del espacio público y el desarrollo de la agenda urbana, ligada a la agenda 2030, son cuestiones esenciales para la ciudadanía. El debate sobre la urgencia de ofrecer alternativas de vivienda para toda la población, en especial para la más vulnerable, no puede quedar reducido a los periodos electorales. La administración, en general, dispone de multitud de mecanismos para solucionar el problema. Incrementar el parque público residencial, en especial en los entornos urbanos ya construidos y no en el borde de las ciudades, es el primer paso en ese camino. En paralelo, la rehabilitación de viviendas y barrios, desde la búsqueda de la eficiencia energética y la equidad social, deberá marcar la inversión pública y privada de los próximos años, contribuyendo a disminuir el consumo y mejorando tanto edificios como el entorno que los rodea. En esa misma línea, la ciudad de proximidad, con mas vegetación y en la que las personas, en especial la infancia y la población mayor, tienen prioridad, debe consolidarse. No resulta justificable que estas transformaciones estén siempre sobre el tablero de la política e impregnadas de incertidumbre. Hay que hacer visible la indiscutible importancia de la arquitectura, incluso en el momento que nos ha tocado vivir.