Cartas al director
La humillación de un inútil
Qué ha conseguido el presidente del Gobierno de España con indultar y amnistiar a los golpistas de una región española, contra el Estado de Derecho constitucional. Nada, hoy ha conseguido que le humillen más a él y a España. No tiene precedentes, a pesar de que los delincuentes sediciosos a quienes se les aplicó dicho indulto, ni siquiera se tomaron la molestia de pedirlo. Hoy ya tenemos los resultados, la mayoría de los ciudadanos catalanes no quieren separarse de España. Solo son las cuadrillas de monosabios que apoyan a Sánchez y su gobierno en la plaza del Congreso.
¿Y ahora qué? Ni se arrepienten de sus delitos, ni niegan que le vayan a humillar más. Sino todo lo contrario hasta que consigan con sus votos el Gobierno de la Autonomía catalana. No se conoce una sola vez que hayan cedido o arrepentido a cambio de algo; como mucho se han permitido perdonarle la vida al Estado español, para que él siga viviendo en la Moncloa, solo el tiempo que han estado preparando el regreso triunfal del prófugo de la Justicia, para humillar más a Pedro Sánchez y romper la convivencia de los españoles y los catalanes. Para eso ha quedado Pedro Sánchez (el mentiroso) para pisotear el Derecho, humillar a la nación y malversar el único éxito cosechado durante décadas, el económico, con la aportación de toda España para la prosperidad social de esa región o autonomía que es Cataluña.
Es la hora de la exigencia. La de la ley ha pasado a mejor vida. El chantajista nunca suelta su presa, cuando ve que le falla la dignidad y el patriotismo le exige que page su deuda. Con unos vergonzosos indultos de momento, con los cuales Sánchez a pagado a sus socios la poltrona en la que se sienta. Y como no es suficiente por siete votos la amnistía.
No le importa. Pedro Sanchez se pasa por el forro la Soberanía Nacional del pueblo, «su regeneración» es la «degeneración» de su conciencia. Renuncia, que en este país nadie es más que nadie, solo por su interés personal. Pero siempre la indignidad y la humillación termina en derrota…