Carta de un ciudadano al presidente

Señor Presidente:

He leído su carta y no he podido dejar de plantearme algunas dudas en cuanto a lo que dice.

La primera de ellas es porqué tengo que creerme lo que me cuenta en su misiva. Desde el año 2018, entre cambios de opinión y haciendo de necesidad virtud, ha faltado más a su palabra, propósitos y compromisos cumpliendo para con otros, pero no con los que le han votado y estaban dispuestos a dejarse gobernar. Me dice que una supuesta ultraderecha pretende quebrarle cuando día tras día constato que cede al chantaje de grupos tan supremacistas como extremistas.

Nos dice a los españoles que la economía va bien, ¿y nos tenemos que fiar porque lo afirme? Parece que muchos de los destinatarios de su carta tienen problemas para llegar a fin de mes, pero como usted lo dijo... hay que creerlo como ha habido que creer tantas cosas desde hace ya seis años.

Por último, recalca una vez más su compromiso de lucha contra la desigualdad, pero evita explicar la falta de coherencia con este que significa regalar el privilegio de una amnistía a unos culpables con el hecho de que todos seamos iguales. Olvida también decirnos porqué tenemos que sufragar con nuestros impuestos parte de la deuda de Cataluña en vez de dedicarlos (como dicen sus socios) a hospitales y educación.

Y al final llego a la conclusión de que su carta tiene más de broma que de mensaje. Estoy convencido de que, efectivamente, está cubierto del fango provocado por sus cambios de opinión y por hacer de necesidad virtud. Y es que señor presidente, por inexplicables que sean, de sus decisiones sólo usted tiene la culpa y sólo usted es responsable, por mucho que acuse a la extrema ultraderecha.