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Cartas al director

Fantasmal Estado

Nunca tuvieron los palestinos más Estado declarado que luego de la decisión de la ONU el 29 de noviembre de 1947: dividir una bíblica tierra en dos estados, uno para el pueblo judío y otro para el palestino. Tras la proclamación del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948 y la inmediata guerra que a éste le enfrentaron diferentes países árabes, el suelo de Palestina se ha convertido en un Estado fantasma que solo cohabita en declaraciones de buenas intenciones y firmas de arreglos territoriales que antes de ser rubricados ya son 'letra muerta'.

Israel, que nació de un acuerdo de la comunidad internacional, una negociación que intentó 'saldar' el genocidio cometido sobre la etnia judía en la II GM además de los diversos progromos padecidos por ella en Europa en el transcurrir de los siglos, caminó desde su creación sobre un inencontrable tratado cuyo encabezamiento podría rezar como 'de la paz inestable, interrecurrentes guerras, recurrentes atentados terroristas y una ley de Talión transfigurada'..., hasta el 7 de octubre de 2023 en que la palestina organización terrorista pro iraní de Hamás se 'adueñó' por unas horas del proceder de ese desconocido y sibilino 'tratado', aplicando y sumando 1.200 a la barbarie, el sadismo y la macabra violencia sobre inocentes.

Para el Estado hebreo, ese hecho ha significado la ruptura de todas las cláusulas no escritas sobre el statu quo imperante en la zona y una aparente 'carta blanca' para hacer y deshacer lo propio sobre cualquier atisbo de terrorismo islamista, al margen de clase y procedencia. Si bien el Irán teocrático de los ayatolás –su principal objetivo en tanto que el mayor 'atizador' de todo cuanto se mueva contra Israel–, todavía se mantiene indemne, las circunstancias han determinado que ese objetivo no solo percuta en Hamás, sino que se extienda a toda clase de palestinos, un pueblo que al igual que le ocurrió en 1948 tras la primera guerra árabe-israelí, hoy malvive en un fantasmal Estado, un estrechado territorio, un menguante suelo..., una escuálida soberanía en vías de desaparecer víctima de los escombros que acompañan a la defensa por la supervivencia de otro pueblo y otro país, el de Israel.

Jesús Arroyo Amor

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