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Cartas al director

Sánchez y su pacto con la extrema derecha

Vamos a hablar claro: Pedro Sánchez se llena la boca diciendo que lucha contra la extrema derecha, pero luego se sienta a negociar con Junts y Puigdemont como si fueran colegas de toda la vida. ¿Y quiénes son estos? Pues una panda de nacionalistas de derechas hasta la médula, con ideas que apestan a elitismo y exclusión. Así que, que no nos vendan la moto: Sánchez también pacta con la extrema derecha cuando le toca rascar votos.

Junts no es un partido de centro ni de broma. Son la derecha pura y dura, pero con acento catalán. Defienden un modelo de sociedad donde solo caben los suyos, miran mal a los inmigrantes y se pasan la solidaridad entre territorios por el forro. Puigdemont, desde su trono en Waterloo, es el rey de esta película: un tipo que huye de la justicia, pero que sigue mangoneando como si fuera intocable. Y Sánchez, en lugar de ponerles freno, les da alas con amnistías y pactos que nos cuestan a todos.

¿Que por qué digo que son extrema derecha? Porque sus políticas y su discurso tienen más en común con el partido nazi que con cualquier fuerza moderada. Obsesión por la identidad, desprecio a lo diferente y una visión clasista de la vida. Pero claro, como llevan barretina y no tricornio, parece que cuela. Y Sánchez, que va de progresista, les sigue el juego para no perder la silla en Moncloa.

Esto no es estrategia, es cinismo. Mientras Sánchez señala a otros como los malos, abraza a esta extrema derecha con pedigrí catalán sin que se le caiga la cara de vergüenza. Total, que el PSOE ya no engaña: por poder, pacta con quien sea, aunque huela a rancio. Qué decepción, ¿no?

Agustín Sancho Cubero

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