Fundado en 1910

Cartas al director

Continencia verbal

Las palabras de María Jesús Montero no hacen dudar de su capacidad como vicepresidenta del Gobierno pero, aún no siendo cuestión mayor para apearla del cargo que ostenta, sí es suficiente como para confirmarnos al resto la creencia de que su verborrea descarrilada algún día se haría evidente no para causar gracia sino sorpresa e indignación. A veces ser reservado es prudente pues aunque en unas ocasiones el reservado se reserva ocurrencias que lo convertirían en gracioso en otras se reserva tonterías que lo convertirían en atolondrado. Sus manifestaciones sobre la vergüenza de la sentencia absolutoria en el juicio a Dani Alves evidencian su carencia de serenidad, tan necesaria en quien ocupa un cargo público tan relevante, que controle el fanatismo que se le adivina a la hora de opinar sobre la presunción de inocencia de un imputado independientemente del delito y de su condición sexual, racial, económica....

Sus desafortunadas palabras reafirman nuestra confianza en una justicia que nos muestra una vez mas que el veredicto de un juez es lo más cerca que el ciudadano de un país como España podrá estar de alcanzar la verdad. Su rectificación serviría en el caso de que las declaraciones hubieran sido las de un ciudadano de a pie en el bar de enfrente pero no las suyas en el Congreso de los Diputados desde el momento en que estas perturban la tranquilidad del día a día de una nación

Luis Cabaneiro Santomé

comentarios
tracking