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08 de septiembre de 2024

en primera líneaAmalio de Marichalar

Abyecta indecencia, perversa inmoralidad

¿Alguien imagina a la mujer del presidente Macron o a la mujer del Canciller Scholz, o la mujer del nuevo primer ministro británico usar sus residencias oficiales y la influencia y poder de sus esposos para hacer negocios...?

Actualizada 01:30

¿Como es posible perdonar delitos tan graves como los sentenciados en los ERE y dos expresidentes de Andalucía y cargos muy relevantes perdonados por arte del Tribunal Constitucional a llamada, claro, de presidente del Gobierno? Pues es así y además tienen la osadía de decir que todo fue una persecución política. Dicho eso, el sistema ha quebrado absolutamente ya que no hay manera de que un juicio de años con todas las garantías se respete escrupulosamente lo que ha sido sentenciado y, además, queda claro que los políticos socialistas corruptos son rescatados por políticos socialistas más corruptos aún, de esta nueva escuela impuesta por su jefe, si están en el poder. Los demás españoles no podemos más que callar y aceptar la injusticia.

Sanchez

Lu Tolstova

O sea, el mayor robo de la historia, drogas y prostitutas incluidas, no existió. Esta es «la nueva normalidad» del jefe del Gobierno… nos acordamos … ¿verdad ? Es lo que quiere imponer a la sociedad además de acabar con la democracia… y es acabar con los valores compartidos por todos y con el significado más elemental de las palabras y los compromisos que encierran.

El miércoles en el Congreso se presenta una ley de regeneración democrática pero lo hace quien es el adalid supremo de la corrupción política y moral, quien es un pozo de negritud, emponzoñado, y de mala fe. Es inaudito, en democracia tener que vivir esto. Toda Europa está anonadada e incrédula a la vista, además, de las noticias que ya conocen en el mundo en relación a estar investigada la mujer del presidente del Gobierno español. Ayer han salido más noticias en The Times, haciéndose eco de las reuniones de un empresario con la mujer del presidente del Gobierno en la Moncloa y en ocasiones con el matrimonio, así como otros periódicos de primer nivel denunciando esta imputación a la mujer del presidente.

En plena sesión del Congreso, el miércoles, salta la noticia de la petición de la Universidad Complutense al juez para que investigue a la mujer del presidente del Gobierno por «apropiación indebida» tras hallar «indicios» en una investigación interna, mientras el hermano del presidente del Gobierno está cada vez más acorralado también por corrupción y el Tribunal Superior de Madrid pide al Supremo que impute al fiscal general .

¿Alguien imagina a la mujer del presidente Macron o a la mujer del Canciller Scholz, o la mujer del nuevo primer ministro británico usar sus residencias oficiales y la influencia y poder de sus esposos para hacer negocios y lógicamente sus maridos saberlo y lógicamente ser beneficiarios ellos también de esos negocios en su condición de esposos?

El presidente del Gobierno ha traspasado todas las líneas de la decencia y su actitud es tan perversa que asusta al demonio. Por no hacer no hace ni salir en la defensa de su mujer y de su hermano, dejándoles, sabedor de todo, como es, tirados en el asfalto de la manera más ruin.

Jamás España y tampoco el resto de Europa han sido testigos de esta indecencia sin nombre. Jamás nadie quiso arrancar los valores y las buenas costumbres de los españoles, para sustituirlos por comportamientos satánicos. Jamás nadie quiso tan perversamente utilizar los beneficios de la democracia, traicionando a todos, precisamente para destruirla, dejándola secuestrada en los resortes de salvaguarda propios y anulados sus recursos al traspasar las necesarias líneas de mínimo comportamiento ético y decente que nadie imaginó nunca tener que garantizar en ninguna Constitución. Nadie traspasó jamás las más mínimas normas de «compliance» que exige Europa para un cargo público y que el presidente del Gobierno ha apisonado y devastado, asaltando y conculcando los valores supremos de la democracia europea.

Un ejemplo jamás visto de la más abyecta indecencia y de la más perversa inmoralidad.

  • Amalio de Marichalar es conde de Ripalda
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