'Bullshit Bingo'
El 'Bullshit Bingo' es un juego ameno y fácil de llevar a la práctica. Consiste en ir a una reunión, ponencia, mesa redonda o cualquier tipo de evento similar con un cartón preparado y un secuaz, y cantar línea o bingo en función del número de memeces que se digan
Hace poco leí un ensayo de Unamuno, «Poesía y oratoria», en el que el escritor se quejaba con mucha ironía de la falta de imaginación de los oradores de su época. Achacaba esta agonía de la palabra hablada a la intromisión de la abogacía y sus usos en la política: «lo que sucede es que cuantos pasan hoy entre nosotros por grandes oradores son abogados, y no creo que haya, para secar las aguas de la poesía que atesore uno en su espíritu, más a propósito que la abogacía».
Unamuno hablaba sobre la pérdida de la poesía en los discursos de los oradores y ponía como ejemplo a seguir al uruguayo Zorrilla de San Martín, al cual calificaba de gran poeta. Mencionaba que «todo gran orador es, ante todo y, sobre todo, un poeta, y todo poeta es orador, aunque sea orador mudo».
No sé si han tenido la oportunidad de leer algún discurso de aquella época. Yo sí, y puedo decirles casi con total seguridad que aquellos que entonces Unamuno calificaba como «abogados» hoy serían aclamados como los «oradores sagrados» que tanto admiraba don Miguel.
No piensen solo en la política. La puerilidad en los discursos de hoy no solo proviene de esa extraña familia de intérpretes. La vulgaridad se ha extendido como un tumor por todos los sectores económicos, políticos y sociales que sean capaces de imaginar. Hoy don Miguel lloraría amargamente.
Donde antes había paradojas, metáforas y parábolas hiladas con el ritmo, ahora solo hay sopor, lugares comunes y fuegos de artificio. Piensen por ejemplo en la palabra resiliencia. Al principio, allá por 2020, todos creímos que era una gran invención que quedaba fenomenal en nuestros discursos y escritos, pero cuatro años más tarde, la palabra ha sido deglutida por la masa y eructada hasta la saciedad para convertirse en una suerte de flatulencia insoportable. Y de esto los periodistas tienen mucha culpa.
Pero yo ya me he cansado. Estoy harto de usar las mismas palabras manoseadas que utiliza todo el mundo para creerme o hacer creer al contrario que estoy en su mismo «mood». Por eso, como protesta silenciosa, he organizado junto a otros secuaces anónimos un divertimento que, por lo menos, aporta un poco de calidez a nuestros afligidos corazones y nos permite pasar un buen rato en momentos en los que lo único que nos apetecería es llorar.
El 'Bullshit Bingo' es un juego ameno y fácil de llevar a la práctica. Consiste en ir a una reunión, ponencia, mesa redonda o cualquier tipo de evento similar con un cartón preparado y un secuaz, y cantar línea o bingo en función del número de memeces que se digan. Sobra decir que en el cartón hay que poner las palabras más estúpidas que estén de moda en ese momento. Lo único que hay que hacer es ir tachando a medida que el orador de turno las va diciendo.
Les comparto mi lista actualizada por si creen que estas palabras pueden sonarles de algo: resiliencia, aterrizar, diversidad, innovar, digitalización, sinergia, pivotar, dinámico, acelerar, ecosistema, emprendimiento, incubadora, copilotar, sostenibilidad, incertidumbre, eficiencia, pensar fuera de la caja, capilaridad, colectivo, inclusión, ESG, competitividad, criterios medioambientales, verticales, traccionar, disruptivo, multidisciplinar, omnicanal......
La última vez que lo hice fue hace dos semanas y tengo que decirles que yo canté bingo a los veinte minutos y dos oradores y mi compinche se quedó a dos palabrejas de conseguirlo: talante y nuevas tecnologías. Debe ser que ambas chorradas están ya en desuso. El juego también consiste en ir actualizándolo, claro.
Estoy bastante seguro de que muchas personas que están leyendo este artículo se estarán dando cuenta en este instante de que sin la gran mayoría de estas «bullshitadas» sus emails y ponencias se vendrían abajo con asombrosa facilidad. A todas esas personas me gustaría decirles que no están solas y que se puede salir de esta grave enfermedad.
Lo único que tienen que hacer en su próxima reunión o ponencia es sustituir las memeces de siempre por otras palabras o expresiones similares. Nuestra lengua afortunadamente siempre te da nuevas oportunidades. Háganlo y comprobarán que con un esfuerzo relativo la imaginación obrará su milagro librándolos del implacable y engañoso yugo de la vulgaridad.
Y mientras tanto, prepárense un buen 'Bullshit Bingo' en su próxima reunión y les garantizo que quedarán gratamente horripilados con el resultado.
- Gonzalo Cabello de los Cobos es periodista