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TribunaJosé F. Martín Cinto

Siempre es posible sorprenderse

Sólo un despertar de los españoles, ante tanto desastre para nuestra patria, es lo que podrá finalmente sacar del Gobierno esta plaga que nos ha caído

Actualizada 01:30

Durante los últimos treinta días, hemos podido escuchar, leer y ver, en todo tipo de medios de comunicación, a personas de muy distinta condición y preparación tener, todas ellas, un denominador común: la moción de censura que, propuesta por Vox y presentada por una personalidad contratada e independiente de cualquier credo político, como lo es hoy en día Ramón Tamames, fue admitida a trámite primero y desarrollada más tarde los días 21 y 22 de marzo, en un pleno extraordinario del Congreso de los Diputados.

La verdad sea dicha, que me he sentido bastante decepcionado por el desarrollo que ha tenido esta moción de censura desde que se anunció y admitió en el Congreso de los Diputados.

Hemos podido comprobar hasta la saciedad un denominador común, sin el más mínimo resquicio en cualquier persona, fuera quien fuere, pensara lo que pensara o tuviera la preparación que fuese, que todos sin excepción, con una clarividencia increíble, ya sabían que antes, durante o después, la moción de censura, no sólo no saldría adelante, sino que favorecería de manera muy importante al Gobierno de Pedro I el Mentiroso.

No cabe duda que con el control férreo que tenemos en España, por parte del Gobierno, de todo tipo de medios de comunicación, se ha generado en política una especie de necesidad de orientar toda la acción de los responsables correspondientes a conseguir cuantos más asientos mejor en el Congreso de los Diputados y así poder sacar adelante sus propósitos. Siempre que aparece un verso suelto al respecto, sea del signo que sea, se hacen todo tipo de esfuerzos y componendas para poder poner a ese grupo alguna etiqueta extremista que haga que no se pueda contar con él; tenemos ejemplos al respecto en el partido que tuvo Rosa Díez, en el auge y caída de Ciudadanos, yendo ahora los tiros en considerar a Vox como un partido ultraderechista, impropio de un país gobernado por gente con una gran voluntad progresista.

La ignorancia media de nuestros compatriotas, o el adormecimiento general al respecto –todo esto unido al control de los medios de comunicación– ha hecho el milagro de que muchas personas cercanas a mí, y que me consta que son cultas y preparadas, se hayan caído con todo el equipo en considerar a Vox como un partido retrógrado, de extrema derecha, etc. La pregunta que me hago es: si por lo que continuamente dice el presidente de Vox y la práctica totalidad de su equipo sin fisuras es defender sin resquicios la unidad de España, la familia como célula básica de la sociedad, la libertad religiosa y de enseñanza, la migración controlada, la Monarquía Parlamentaria como fundamento de la Jefatura del Estado y la independencia de los tres poderes, legislativo, judicial y ejecutivo, ¿se debe considerar todo ello como una muestra de fascismo o extremismo?, desde ahora mismo y a través de estas líneas, me considero como tal y a mucha honra.

El tiempo nos ha enseñado muchas veces que pocos con valentía, honradez y acierto, han solucionado, finalmente, tantos y tantos momentos terribles de la historia de nuestra patria. No es momento de dar ejemplos, pero sí es el momento de reflexionar para ver con perspectiva lo que de verdad está pasando en España y, con gran celeridad, cada día que pasa sin que se haga nada por resolver positivamente la situación creada a partir del Gobierno Frankenstein que sólo nos puede llevar a la destrucción de la España que tanta gloria nos ha dado a través de todos los tiempos. Cada vez se ve más cerca la independencia de Cataluña, Provincias Vascongadas y probablemente alguna otra región. Además, y es gravísimo según mi criterio, se está creando todos los días un estado de opinión conducente a la necesidad de acabar con la Monarquía Parlamentaria en España y conseguir así la llegada de varias pequeñas repúblicas independientes y englobadas en una especie de poder central que las aglutine a todas ellas. No creo que debamos permitir que España, que conquistó el Nuevo Mundo, llevando como símbolo de la unidad la religión a todo un continente y creando seguramente el imperio mas grande que jamás haya existido, conservando en él, la unidad, gracias a la religión y a considerar a todos como súbditos de la Corona de España, no hagamos nada por impedir de verdad su desaparición como España. Es importante resaltar que la unidad en América se consiguió resquebrajar con la llegada de las logias masónicas a los Virreinatos.

Pues bien, volviendo al tema de la moción de censura, creo que lo que de verdad importaba al presentarla, no era si iba a salir, por ser cosa imposible y sabida de antemano, ante el control del gobierno Frankenstein, pero si era importante poder desgranar de verdad en sede parlamentaria, todas las barbaridades, dejaciones, aceptaciones increíbles, etc., que se ha hecho, a petición de los partidos comunista, separatista y terrorista y así tratar de conseguir que todos los españoles como antaño, se despierten ya de la necesidad de acabar de una vez de esta desgracia de Gobierno que nos está destruyendo cada día más.

He repasado atentamente toda la moción de censura y felicito a Ramón Tamames por su agudeza y por las verdades de a puño que dijo con señorío y educación y que por supuesto no han trascendido de esa forma para nada en los medios de comunicación, haciendo todo el tiempo referencia a su edad avanzada como algo negativo, cuando en realidad, todos los ministros juntos que tenemos, no tienen nada para descalzarle. Antes de acabar y refiriéndome al PP, pienso que buscando fundamentalmente asientos en el Congreso y pensar que así llegarán al poder como una fruta madura en el tiempo, no ha estado a la altura de sus votantes con la abstención y poniéndose de perfil con la que está cayendo. Además nunca deben olvidar la capacidad enorme de maniobra que tiene en todos los aspectos el Gobierno de Pedro I el Mentiroso, desde ahora, hasta las elecciones generales de diciembre.

Sólo un despertar de los españoles, ante tanto desastre para nuestra patria, es lo que podrá finalmente sacar del Gobierno esta plaga que nos ha caído.

  • José Fernando Martín Cinto es licenciado en Ciencias Físicas
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