Cómo consiguió Kaká superar su divorcio a través de la oración

La estrella del fútbol Ricardo Izecson dos Santos Leite, más conocido como Kaká, ha explicado en una entrevista cómo logró superar su ruptura matrimonial con Caroline Celico. A su boda, celebrada en 2005, asistieron algunas celebridades del momento del deporte rey como Ronaldo, Adriano, Cafú, Dida o Julio Baptista. Pero 10 años después, su esposa decidió poner punto y final a la relación. «Esto me generó un conflicto interior, porque un cristiano no se casa para divorciarse», explica el ex jugador del Real Madrid en la entrevista que le hicieron para un podcast brasileño.

Kaká, que siempre ha dado testimonio como miembro activo de una iglesia evangélica, asegura que «hizo todo lo posible para recuperar a su mujer», y que incluso siguió las recomendaciones del libro El desafío del amor: Un reto de 40 días que cambiará tu matrimonio (editorial LibrosLibres). «Se trata de tener gestos cada día durante 40 días con tu cónyuge. Yo lo hice durante 80 días, porque lo hice dos veces, ya que estaba determinado a recuperar a mi esposa», asegura.

Sin embargo, en este caso no surtió efecto. «Me dijo que no, que no quería seguir conmigo a pesar de haber tratado de hacer de todo», confiesa. Así que al centrocampista no le quedó más opción que aceptar la separación y el divorcio. «Si una persona no quiere estar contigo, no puedes obligarla a hacerlo», observa. «En la Iglesia se insiste mucho en la obligación de que el matrimonio es para siempre, pero si la otra persona decide que no quiere estar más tiempo contigo, ¿qué puedes hacer?», se pregunta.

Orar y comprender

Comenzó entonces un período de un año «orando e intentando comprender cómo funcionaba para un cristiano el hecho de estar divorciado». «Consulté con cuatro pastores distintos, y los cuatro me confirmaron que no podía obligar a mi mujer a permanecer a mi lado, y que yo había hecho todo lo posible», subraya. El jugador brasileño encontró entonces en la primera carta a los Corintios de San Pablo la solución a su disyuntiva: «Si el no creyente quiere divorciarse, que se divorcie; en estos casos, el hermano o la hermana no están esclavizados; pues Dios os ha llamado en paz» (7, 15). «No hay mucho más que explicar», agrega Kaká, que se refiere también a la parábola del hijo pródigo para ilustrar que «el padre no le obliga a quedarse a su lado». «La elección es suya», señala.

«El Señor sabía del deseo que yo tenía en el corazón de construir una familia firme», y un año después apareció en su vida Carol, «una joven cristiana llena de los valores y los principios del Señor», de la que se «enamoró apasionadamente». Los cuatro pastores a los que consultó le dijeron que adelante, que «dentro de esta situación, no vemos ningún impedimento» en su nuevo matrimonio, y se casaron en 2018.