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27 de junio de 2024

Nicolás Maduro besa una cruz en uno de sus mítines

Nicolás Maduro besa una cruz en uno de sus mítines

Los delirios mesiánicos de Maduro: «¡Se cumplirá la profecía! Venezuela será el centro espiritual del mundo»

Se aproximan las elecciones, período en que los políticos besuquean a los niños, bailan con los ancianos, tocan el saxofón o entran en éxtasis. Todo vale para arañar votos

Lo de encender una vela a Dios y otra al diablo no es nuevo. Y lo de utilizar a Dios en propio beneficio, tampoco. Ya lo hizo Enrique IV en el siglo XVI cuando pronunció su célebre «París bien vale una misa», que le allanaría el camino al trono de Francia. Esta vez ha sido el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien ha invocado al Altísimo en lo que ha dado en llamar el «Día del Arrepentimiento y de la Esperanza en Cristo», que el mandatario ha fijado cada 15 de junio.

En una publicación que subió el lunes a su cuenta de la red social X, Maduro aparece en una suerte de ceremonia extraña celebrada en el palacio de Miraflores ante un reducido grupo de incondicionales. En ella, el pastor evangélico Enrique Villalba se dirige al mandatario y le dice que «Dios traspasó el manto del presidente Chávez a usted, porque usted tiene un corazón para servir a este pueblo. ¿Y sabes qué dice la Biblia? Los mantos solo se le traspasan a los hombres que son siervos que sirven y que tienen un corazón para el pueblo. Los sueños de tu corazón con este país se van a cumplir».

«Amas a la gente»

Tras imponerle el manto –que, en realidad es una especie de estola blanca– el pastor prosigue con su encendido alegato laudatorio hacia el líder, al que asegura que «tienes un corazón siervo y amas a la gente».

Posteriormente es el propio Maduro quien toma la palabra, para enfatizar que, «como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, voluntariamente entrego mi nación a Cristo para que sea el dueño absoluto de esta patria bendita. ¡Amén, que así sea! Venezuela va a asombrar al mundo con su fuerza espiritual». En la cúspide del paroxismo mesiánico, el mandatario concluye: «¡Se cumplirá la profecía! Venezuela será el centro espiritual del mundo, y con el abrazo y la protección de Cristo, lo lograremos. La Nación toda está en sus manos. ¡Amén, amén y amén!».

Ante estas palabras, algunos de los presentes prorrumpen en sollozos, elevan las manos al cielo y comienzan a cantar himnos religiosos. Después se aproximan al líder, al que abrazan, mientras éste les impone las manos.

El vídeo ya acumula cerca de un millón de visualizaciones. Tal vez, la proximidad de las elecciones presidenciales en Venezuela, previstas para el 28 de julio, tenga algo que ver con el arrobamiento místico que ha embargado a Nicolás Maduro.

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