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09 de septiembre de 2024

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Eduardo de Habsburgo, archiduque y embajador de Hungría ante la Santa Sede, en su despacho

Entrevista a Eduardo de Habsburgo, archiduque y embajador de Hungría ante la Santa Sede

Las siete reglas de Eduardo de Habsburgo para vivir con fe tiempos turbulentos: «Prepara tu muerte»

Casarse y tener muchos hijos, saber quién eres o morir bien son algunos de las convicciones esenciales de la familia del archiduque

¿Qué relevancia puede tener para una sociedad moderna y liberal, una familia de antiguos gobernantes y herederos de un imperio desaparecido hace tiempo? El embajador, escritor y archiduque de Austria, Eduard de Habsburgo-Lothringen, aborda esta cuestión en su libro The Habsburg Way: Seven Rules for Turbulent Times que, aunque no tiene versión en español, podría traducirse como «El método Habsburgo: siete reglas para tiempos turbulentos».

Este libro no pretende ser unas meras instrucciones sobre cómo vivir, sino que procura reflejar en 7 puntos la filosofía y los principios de una familia que durante cientos de años reinó y gobernó en Alemania, Austria, Hungría o España, y del que, sin embargo, cualquier miembro de la sociedad puede inspirarse.

El beato Carlos

El beato Carlos I de Austria el día de su boda con la emperatriz Zita, quién está en proceso de beatificaciónPágina oficial Beato Carlos de Austria, emperador y rey

Las raíces de este embajador son imponentes: es tataranieto del emperador Francisco José I y entre sus ascendientes figuran personajes como el último emperador del Imperio austrohúngaro, Carlos I de Austria, beatificado en 2004 por san Juan Pablo II, y de quien es un gran devoto.

Sin embargo, lejos de mostrar una imagen de aristócrata arraigado y protocolario, Eduardo de Habsburgo, felizmente casado y padre de 6 hijos, destaca por su cercanía, afabilidad y gran sentido del humor, demostrando que, aunque la nobleza está en su nombre, es su sencillez lo que verdaderamente le distingue.

–La primera regla de la que habla en su libro es «cásate y ten muchos hijos». En una sociedad en la que formar una familia parece depender del dinero que uno tenga en el banco, ¿Qué opina sobre la cuestión de ‘calcular’ los hijos que uno quiere tener? ¿Usted ya tenía la idea de querer una familia numerosa o se dejó sorprender por Dios en ese sentido?

– Pongo tener muchos hijos como la primera regla en mi libro porque es lo más enriquecedor y valioso que he vivido. Es beneficioso para la pareja, los niños y la sociedad. Mi mujer y yo siempre quisimos una familia grande, pero sin ideas preconcebidas. Creemos que, al compartir la misma fe, hay que dejar que Dios actúe. Después de cada hijo, nos preguntábamos si había espacio en nuestros corazones y en nuestra casa para otro.

Como dices, muchas personas deciden calcular y permitirse X hijos. No juzgaré a nadie y, por supuesto, cada pareja tiene que saberlo por sí misma. Es cierto que si decides tener 5, 6, 7 u 8, lo cual ha sido siempre totalmente normal y ahora se considera una locura, también tienes que asumir las consecuencias.

La emperatriz Zita y el emperador Carlos con sus 7 hijos

La emperatriz Zita y el emperador Carlos con sus 7 hijos

Antes de ser embajador, fui guionista durante un tiempo y tuvimos que recortar y priorizar: puede que no pueda enviarlos a la mejor Universidad, que conduzca una furgoneta vieja, o que no pueda viajar con mis hijos todo lo que querría. Pero lo que les das al tener hermanos, la seguridad y fuerza de carácter que adquieren, solo se aprende en una familia numerosa.

Tener muchos hijos transforma tu vida, el amor entre los cónyuges. No estoy invitando a la gente a ser estúpida o irrazonable, sino a ser un poco más generosa.

Ni siquiera sé cómo se puede tener un matrimonio que funcione durante años sin tener feEduardo de HabsburgoArchiduque y embajador de Hungría ante la Santa Sede

–La fe católica, como explica en su libro, no solo ha sido un eje fundamental para la historia de los Habsburgo sino que afirma que es esencial para vivir felizmente el matrimonio ¿Por qué compartir una misma fe con el cónyuge prima sobre el enamoramiento?

–Cuando te casas y quieres pasar toda una vida junto a la otra persona, debes tener en cuenta que vas a pasar mucho tiempo junto a ella. Para pasar por buenos y malos momentos todo lo que ayude a hacer que el matrimonio funcione es un regalo.

Madre Teresa decía: «La familia que reza unida permanece unida» y yo lo he experimentado. Ni siquiera sé cómo se puede tener un matrimonio que funcione durante años sin tener fe. Es lo que te arrastra cuando todo lo demás va mal. Ayudar a tu cónyuge en su camino hacia Dios te une como ninguna otra cosa.

Puedes pensar que para algunas personas son la cultura, los ideales o el arte lo que une, pero todo eso desaparece. Lo central es invitar a Dios a tu familia y tomarse los sacramentos en serio. Los Habsburgo muy a menudo no podían darse el lujo de casarse con alguien de quien estaban enamorados. ¿Y por qué estos matrimonios tan a menudo salieron tan bien? No porque fueran insensibles o primitivos, sino porque tenían en común la idea de la familia, el mismo horizonte, pero sobre todo la fe: esto les dio la fuerza para aguantar juntos los momentos difíciles.

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Portada de 'The Habsburg way' con prólogo de Viktor Orban, primer ministro de HungríaWHISTLESTOP BOOKSHOP

«Opiniones firmes» para una buena diplomacia

–En su regla «creer en el imperio», menciona la importancia de la diplomacia como el arte para mantener unido el Imperio de los Habsburgo. Pero hoy en día ¿Cómo podemos ser diplomáticos en un mundo que parece que te atropella si no dices y defiendes lo que piensas?

–Es algo que intento hacer todos los días en X: muy claro en tus principios, pero muy amable a tu manera. Defiendo claramente mis principios católicos e ideas que no están de moda, pero sin gritarlas a nadie. Debemos ser respetuosos y comprender a quienes tienen opiniones diferentes, pero mantener una postura clara. Por lo tanto, si no hablamos con claridad sobre nuestras posiciones, no nos escucharán.

La lección de los Habsburgo es valiosa. Carlos V aconsejó a su hijo Felipe II que, al gobernar un imperio con diversos países, debía respetar sus leyes, idiomas, costumbres, tribunales y religiones, o se enfrentaría a problemas. La clave es respetar a todos, tomar en serio sus posiciones y defender claramente las propias. Hoy en día, mucha gente habla con rabia, pero no intenta entablar un verdadero debate sobre los temas.

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Eduardo de Habsburgo ante las banderas de la Santa Sede y de Hungría

Creo que la diplomacia consiste en escuchar y tratar de entender lo que realmente quiere la otra parte, pero sin renunciar a tus propias opiniones. Cuando me pidieron ser diplomático de Hungría, al principio pensé que se trataba de asistir a recepciones y sonreir a todo sin poder expresar tus pensamientos, por miedo a provocar una crisis. Sin embargo, me di cuenta de que la buena diplomacia requiere opiniones firmes, pero la clave está en expresarlas de manera amistosa y afectuosa para convencer a los demás.

–“Conocer quién eres y de dónde vienes tiene un papel determinante en tu futuro", ha afirmado. Sin embargo, renegar o avergonzarse de nuestros antepasados parece estar de moda y supongo que usted, como Habsburgo, habrá sentido el peso de las críticas. ¿Tener el valor de aceptar y mostrar de donde venimos es compatible con buscar la aceptación social?

–No puedes elegir a tus padres ni a tus abuelos, ni de dónde vienes. Debes aceptar quién eres porque estás moldeado por ello. Aunque vivimos en una época que promueve la reinvención constante, estamos profundamente influenciados por nuestro lugar de origen, nuestro sexo, nuestra ascendencia y las tradiciones familiares, incluso si nuestros antepasados cometieron errores.

La gente cree que lo único que hay que hacer para llegar al cielo es morirEduardo de Habsburgo

–Su séptima regla «Muere bien» puede dejar a muchos espantados, ya que recuerda el momento por el que todos, sin excepciones, tenemos que pasar. Teniendo en cuenta que hoy en día todo el mundo vive de acuerdo a un plan ¿Cómo hacer pensar a la gente en la muerte? ¿Qué es para usted tener una buena muerte?

–En la Edad Media, una buena muerte significaba tener tiempo para prepararse para el momento. Hoy en día, se considera una buena muerte el morir rápidamente, sin dolor, como por el disparo de una bala, lo cual habría sido aterrador en aquel entonces. Un cristiano medieval rezaba toda su vida y antes de morir para preparar su alma para encontrarse con Dios.

Los Habsburgo eran muy conscientes de su encuentro con Dios. Sabían que la forma en que morían era crucial para su eternidad. Si morían preparados, con los sacramentos, en oración y viviendo una vida vigilante, estarían con Dios en el cielo.

La emperatriz Isabel con su esposo Carlos V, de Peter Paul Rubens

La emperatriz Isabel con su esposo Carlos V, de Peter Paul Rubens

Prepara tu muerte y vive con la conciencia de que morirás, tomando decisiones a la luz de esta realidad. Esto ofrece una visión pragmática de la vida. Los Habsburgo, aunque eran grandes emperadores, mostraron que eran simplemente pecadores. El rito de enterramiento en la cripta de los capuchinos, en Viena, subraya esto, ya que se les reconoce no por sus logros, sino como pobres pecadores. Esto servía como ejemplo para todos los ciudadanos del Imperio. Por eso, recomiendo encarecidamente prepararse para una buena muerte.

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