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Más de 15.000 peregrinos participaron en la segunda Javierada de 2025

Más de 15.000 peregrinos participaron en la segunda Javierada de 2025EFE

La segunda Javierada de 2025 congrega a más de 15 mil peregrinos en el Castillo de Javier

En su homilía, el arzobispo de Pamplona, Mons. Florencio Roselló, recordó que «en la Iglesia caben todos» y animó a los cristianos a salir a las calles a manifestarse creyentes

La fuerza de la devoción por San Francisco Javier y su santuario en el castillo que le vio nacer en Navarra sigue mostrando un gran músculo espiritual e, incluso, crece año tras año.

Este sábado el Castillo de Javier ha celebrado su segunda Javierada del año 2025 y, según datos de la Policía Foral, han participado 15.552 peregrinos con un despliegue que ha involucrado a 166 autobuses y 1.888 automóviles turismo.

Las Javieradas de este año 2025 se han celebrado bajo el signo vocacional del Año Jubilar convocado por el Papa Francisco en toda la Iglesia católica.

Con el lema Peregrinos de la esperanza, la Javierada de esta jornada ha contado con la ayuda de una climatología favorable, cosa que no ocurrió el fin de semana pasado, donde las lluvias y el fuerte viento protagonizaron la peregrinación, en la que participaron 4.000 personas.

En su homilía de este sábado en la explanada del Castillo de Javier, el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Mons. Florencio Roselló, defendió que en la Iglesia «caben todos» y animó a perder el miedo «a salir a la calle y manifestarnos creyentes».

En su homilía, recogida por Europa Press, Mons. Roselló señaló que «hemos peregrinado hasta Javier para encontrarnos con Dios, a través de nuestro santo». «Javier es casa de todos, Javier acoge a todos», añadió.

Así, ha recordado la primera vez que vino a Javier, el año pasado, donde «me llamó la atención la imagen del santo» que «aparece con los brazos abiertos» en «actitud de acogida, de recibimiento».

Mons. Roselló ha tenido un recuerdo para «los casi quinientos misioneros navarros que, como San Francisco Javier dejaron la tierra, la familia, para llevar el evangelio a todos los rincones del mundo».

«Venir a Javier es renovar nuestro espíritu misionero», hizo hincapié el arzobispo de Pamplona.

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