Fundado en 1910
Entrevista a monseñor Jean-Abdo Arbach, arzobispo greco-católico melquita de Homs (Siria)

Entrevista a monseñor Jean-Abdo Arbach, arzobispo greco-católico melquita de Homs (Siria)Thorun Piñeiro

Entrevista a monseñor Jean-Abdo Arbach

«Siria está hoy en tensión total. Pueden matar a un sunita, a un alauita... a cualquier persona»

El arzobispo greco-católico melquita de Homs, Hama y Yabroud, habla de «incertidumbre total» sobre el futuro de Siria

Ha vivido durante siete años en Argentina, aunque habla el castellano no sin cierta dificultad. Pese a ello, monseñor Jean-Abdo Arbach ha querido venir a España, invitado por Ayuda a la Iglesia Necesitada, para hablar sobre la guerra que asola su país, Siria. Es el actual arzobispo de la archidiócesis greco-católica melquita de Homs, Hama y Yabroud.

— En estos días se ha dicho, y posteriormente se ha desmentido, que ha habido un genocidio contra los cristianos en Siria. ¿Cuál es la realidad?

— No; en este momento no hay una persecución total sobre los cristianos. Hay un conflicto interior con los alauitas, con los cristianos, con todo el pueblo de Siria. Pero, ¿qué pasa ahora? Nadie lo sabe bien. ¿Cuáles son las causas? ¿Por qué? Se necesita esperar un poco e investigar para saber bien cuál es la realidad.

Pero sí es cierto que los muertos se cuentan por miles...

— Sí, especialmente en la costa. Allí hay alauitas, hay sunitas, hay cristianos. Todos son del pueblo de Siria.

Los que atacan son, entiendo, grupos fundamentalistas islámicos que ahora ostentan el poder...

— Nadie sabe bien hasta hoy quiénes son. Hay grupos extranjeros en el país. Pueden provocar cualquier cosa.

¿Y qué buscan estos grupos extranjeros? ¿Dividir el país?

— Los sirios no quieren esta tierra. Nosotros somos el pueblo de Siria, sea cual sea tu religión, trabajamos unidos, gracias a Dios. La Iglesia tiene una comisión que conversa con el Gobierno. Pero, ¿de dónde viene este deseo de dividirnos? De Siria misma no. Entonces hay manos de afuera.

Desestabilizar a Siria

— Turquía parece estar especialmente interesada en desestabilizar el país...

— Yo no digo que sea Turquía solamente. Hay otros países que también lo buscan.

Las carmelitas de Alepo han lanzado un grito de socorro porque decían que los alauitas estaban siendo masacrados...

— ¿Cuándo?

Hace unos días le mandaron una carta al ex primer ministro francés François Fillon donde hablaban de una auténtica masacre...

(Le enseño en el móvil la noticia que recogía sobre este tema 'El Debate' el pasado 13 de marzo y se mantiene unos segundos en silencio mientras la lee).

— No lo sabía. Pero me dijeron que hubo un ataque de kurdos a algunos barrios de Alepo. Sí, me contaron este tema la semana pasada. Y yo leí el mensaje que hizo el obispo de Alepo, monseñor Jallouf, que hizo una llamada por este tema. Y nuestros patriarcas también escribieron un mensaje. Yo estaba aquí, en España.

Pero las carmelitas están bien, ¿verdad?

— Sí, las carmelitas están todas bien. Estos ataques los lanzan contra un barrio, una zona, o una casa. Pero las iglesias y los monasterios no los tocan, no. Bueno, al menos, hasta hoy...

Tensión y miedo

Usted es el arzobispo de Homs. ¿Cuál es la situación allí?

— Homs es la tercera ciudad de Siria. Desde el 8 de diciembre, cuando el Gobierno nuevo tomó el poder, hubo algo de paz, de tranquilidad, porque después hubo incidentes. Ellos dicen que eran incidentes individuales, porque matan a una persona o roban a uno. Hay tensión. Hay miedo. Después de las 17:00 horas, por ejemplo, nadie puede salir de su casa. Después vinieron estas masacres en la costa. Por eso la gente no tiene paz, no tiene tranquilidad. Hay una incertidumbre total.

No hay, entonces, una persecución directa contra los cristianos...

— El pueblo de Siria, hoy, está en tensión total. Pueden matar a un sunita, a un alauita, pueden matar a cualquier persona. No es una persecución al cristianismo directamente. En la costa, por ejemplo, son alauitas. En Alepo son alauitas. Hubo algunos muertos cristianos. Pero ellos dicen: «Esto son incidentes individuales». Hay una incertidumbre total hasta hoy.

«No tengo miedo»

¿Va usted a volver a Siria?

— Sí.

¿Y no teme lo que le pueda pasar?

— No, no, no tengo miedo. No tengo miedo. En los 14 años de esta guerra, no dejé Siria ni un día, salvo por un trabajo, como este viaje, y después regreso.

¿Usted conoce a los líderes que ahora gobiernan el país?

— No me meto en política, pero mi deber de obispo es hablar con los responsables. Nosotros, los obispos, tenemos siempre en Homs una reunión común y, al mismo tiempo, mantenemos la relación con los políticos para buscar soluciones. Nosotros trabajamos juntos con el Gobierno, no individualmente. Esto es muy importante para nosotros: la unidad y la caridad. Pero, al mismo tiempo, tenemos relaciones con los jefes musulmanes. No tenemos ninguna dificultad sobre este tema. Nos visitamos, hablamos con ellos sobre el futuro, sobre cuál es nuestra palabra para los fieles, ellos en la mezquita y nosotros en las iglesias.

— ¿Cuántos obispos católicos hay en Siria?

— Hoy en día hay 17 obispos católicos. Hay tres Patriarcas que tienen su residencia en Siria y, además, hay obispos ortodoxos.

— Porque usted es de rito melquita. ¿Nos puede contar algo sobre él?

— Es un rito de todo el Medio Oriente, pero está en la diáspora: tenemos iglesias en América, en Argentina, en Australia, y está unido a la Iglesia católica desde 1724.

Cuando los turcos entraron a Siria, hubo división entre los ortodoxos y los católicos. De ahí empezamos nosotros como católicos. Pero todos somos hijos de Dios.

comentarios
tracking