Cristianos perseguidos
Ortega embiste a la Iglesia en una «escalada represiva» que deja otros siete sacerdotes en el exilio forzado
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes y la prohibición de actividades religiosas
La historia se repite poco tiempo después. El pasado mes de enero había en cárceles nicaragüenses 19 religiosos católicos. Ahora, eran 8 los religiosos encarcelados por el régimen. Como ocurrió entonces, cuando la primera veintena fue embarcada en un avión y desterrada al Vaticano, Ortega los ha obligado a salir al exilio forzado. En esta ocasión, uno ha quedado de rehén y se encuentra en arresto domiciliario en el seminario de Managua.
En las últimas semanas, el régimen de Ortega ha recrudecido la persecución contra la Iglesia. Ha sido ya definido por oenegés nacionales (aunque exiliadas) como una «escalada represiva». No obstante, la vicepresidenta de Nicaragua y mujer de Daniel Ortega, Rosario Murillo, niega que haya persecución religiosa.
Cristianos perseguidos
Un diácono exiliado de Nicaragua: «La Iglesia está viva y ese es el dolor del Gobierno»
Los últimos detenidos y ahora puestos en libertad a cambio de su destierro pertenecen a la misma diócesis que dirige el obispo en el exilio Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión en 2022 por delitos relacionados con traición a la patria. El régimen todavía no se ha pronunciado oficialmente sobre los encarcelamientos, aunque, como han dejado claro en más de una ocasión, Ortega y Murillo sostienen que la Iglesia apoyó las protestas de 2018 contra el régimen, que dejaron más de 300 fallecidos y que la diócesis de Managua planea un intento de golpe de Estado con el apoyo de Estados Unidos.
Sobre lo que sí se ha pronunciado el Ejecutivo ha sido sobre el destierro: «El día ayer miércoles 7 de agosto salieron de Nicaragua hacia Roma, Italia, siete sacerdotes nicaragüenses que han llegado bien y que han sido recibidos por la Santa Sede». Esto fue todo lo que Murillo tuvo que decir en una declaración leída a través de los medios oficiales.
No se han dado a conocer los cargos oficiales contra ellos pero sus crímenes quizá tengan más que ver con las críticas a Ortega y su gobierno que han hecho públicamente, ya sea a través de sus redes sociales o sus homilías. Esta persecución desencadenó en 2022 la expulsión del nuncio apostólico en Nicaragua, Waldemar Satinslaw Sommertag.
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas, y la suspensión de sus relaciones diplomáticas. La situación se ha vuelto cada vez más agria desde 2018.
Según un informe elaborado por la investigadora y abogada exiliada Martha Patricia Molina, desde que comenzó la crisis sociopolítica en Nicaragua han sido detenidos cerca de 70 religiosos. De todos ellos, 51 han sido excarcelados y desterrados, mientras que 11 misioneros evangélicos continúan bajo detención y Frutos Constantino Valle, un sacerdote católico de 79 años que administra la diócesis de Estelí.