San Maximiliano Kolbe, mártir en Auschwitz
Maximiliano Kolbe nació un 8 de enero de 1894, en la ciudad polaca de Zdunska Wola. Desde pequeño sintió una fuerte devoción por la Inmaculada Concepción. Ingresa en un seminario franciscano en la ciudad polaca de Lvov donde, tras el noviciado, se cambia su nombre de pila, Raimundo, por el de Maximiliano. Se graduó en filosofía y teología en 1915 y 1919 respectivamente en dos universidades romanas. Durante su estancia en la capital italiana fundó la Milicia de la Inmaculada con la intención de promover la devoción a la Virgen María.
«Caballero de la Inmaculada»
Tras su regreso a Polonia fundó un periódico católico llamado Caballero de la Inmaculada. Lo que le expuso a la persecución del Tercer Reich por criticar abiertamente las ideas del nacionalsocialismo contrarias a la fe cristiana.
Además, en 1931 viajó como misionero a Japón, donde publica en japonés el mismo periódico Seibo No Kishi y funda una nueva ciudad de la Inmaculada, tal y como había hecho en Polonia.
Arrestado por la Gestapo
En 1939 ya había estallado la guerra en Europa. San Maximiliano es apresado y enviado a un campo junto con otros frailes. Sin embargo, es liberado al poco tiempo, justo el día de la Inmaculada Concepción.
Más adelante, en 1941, le arrestan de nuevo y le encierran en la cárcel de Pawiak, en la ciudad de Varsovia. Es enviado al campo de concentración de Auschwitz; donde, como al resto de prisioneros le asignan un número: el 16670. Aunque las condiciones en un campo de concentración fueran insalubres e inhumanas, Kolbe continuó con su labor evangelizadora, predicando con su ejemplo de generosidad y entrega a los demás.
Tanto es así, que su última voluntad fue entregarse por otro prisionero. El 3 de agosto de 1941 un compañero de sección, Zygmunt Pilawski, trató de escapar; ante el intento de fuga el comandante en jefe del campo, en represalia a su sección, ordena la ejecución de diez prisioneros escogidos al azar. Maximiliano se había librado de la ejecución, pero decidió ofrecerse voluntario a cambio de un sargento polaco y padre de familia llamado Franciszek Gajowniczek.
Los diez prisioneros escogidos fueron condenados a morir, al encerrarles en las «celdas del hambre». Como diez días después, el 14 de agosto, le encuentran aún con vida le administran una dosis letal.
En 1973 fue beatificado por Pablo VI y en 1982 canonizado por San Juan Pablo II, quien comentó en su libro Don y Misterio la influencia de Kolbe en su vocación sacerdotal: «Surge aquí otra singular e importante dimensión de mi vocación. Los años de la ocupación alemana en Occidente y de la soviética en Oriente supusieron un enorme número de detenciones y deportaciones de sacerdotes polacos hacia los campos de concentración. Sólo en Dachau fueron internados casi tres mil. Hubo otros campos, como por ejemplo el de Auschwitz, donde ofreció la vida por Cristo el primer sacerdote canonizado después de la guerra, San Maximiliano María Kolbe, el franciscano de Niepokalanów».