Los cristianos de Gaza, atrapados entre el fuego cruzado de Hamás e Israel
Los ataques de Hamás a Israel desde la Franja de Gaza, que se han intensificado desde el pasado 7 de octubre, han causado la muerte de más de 1200 personas y el desplazamiento de miles de civiles
Entre las víctimas de la violencia desatada en Tierra Santa se encuentran también los cristianos de Gaza, una minoría religiosa que vive en una situación de extrema vulnerabilidad y que sufre la violencia tanto de los islamistas como de los israelíes.
Los cristianos de Gaza son unos 1.000, menos del 0,5 % de la población del enclave palestino, que ronda los dos millones de habitantes. La mayoría pertenecen a la Iglesia greco-ortodoxa, aunque también hay católicos, anglicanos y protestantes. Su presencia se remonta a los primeros siglos del cristianismo, cuando Gaza era una próspera ciudad romana y, luego, bizantina. Sin embargo, con el paso del tiempo, su número ha ido disminuyendo por las guerras, las persecuciones y la migración.
Se sienten abandonados por sus hermanos en la fe y por la comunidad internacional. Por un lado, sufren la discriminación y el acoso de Hamás, el grupo islamista que controla la franja desde 2007 y que impone una estricta ley islámica. Los cristianos no pueden practicar libremente su culto, ni expresar su identidad, ni participar en la vida pública. Además, son objeto de amenazas, extorsiones y ataques por parte de grupos radicales.
Por otro lado, los cristianos de Gaza padecen las consecuencias del bloqueo israelí, que impide el acceso a bienes básicos como agua, electricidad, medicinas y alimentos. Los cristianos no pueden salir de la franja ni siquiera para visitar los lugares santos en Jerusalén o Belén, salvo contadas excepciones. Tampoco pueden recibir ayuda humanitaria ni pastoral de las organizaciones cristianas. Y lo que es peor, son blanco de los bombardeos israelíes, que no distinguen entre civiles y combatientes.
En Gaza los cristinos tratan de sobrevivir como pueden en medio del caos y el horror. Se refugian en sus iglesias y en sus casas, rezan por la paz y por el fin del conflicto. Se apoyan unos a otros y comparten lo poco que tienen con sus vecinos musulmanes. Algunos intentan escapar buscando asilo en otros países, pero se enfrentan a numerosas trabas burocráticas y a la falta de recursos. Otros se quedan esperando un milagro que cambie su destino.
La situación en Gaza es un tema que preocupa a las autoridades religiosas de diferentes confesiones, que han expresado su dolor, su solidaridad y su llamado a la paz. Aquí hay algunos ejemplos de lo que han dicho:
El Papa Francisco ha manifestado su cercanía con la población de Gaza, que sufre las consecuencias de los ataques de Hamás e Israel. El pontífice ha pedido el cese de la violencia y el respeto al derecho internacional humanitario. También ha instado al diálogo y a la cooperación entre las partes para encontrar una solución justa y duradera al conflicto.
El patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, ha denunciado la situación dramática que viven los habitantes de Gaza, especialmente los niños, las mujeres y los ancianos. El obispo católico ha criticado la indiferencia y la complicidad de la comunidad internacional ante el sufrimiento de los civiles. Asimismo, ha pedido a los cristianos que oren y ayuden a sus hermanos en Gaza.
El gran imán de Al-Azhar, Ahmed al-Tayeb, ha condenado los ataques de Israel contra Gaza, que considera una agresión contra el pueblo palestino y sus lugares sagrados. El líder musulmán ha reclamado el fin de la ocupación israelí y el reconocimiento del Estado palestino. También ha expresado su apoyo a la resistencia legítima de Hamás.
El rabino jefe de Israel, David Lau, ha defendido el derecho de Israel a defenderse de los cohetes lanzados por Hamás desde Gaza. El líder judío ha afirmado que Israel no busca la guerra ni la muerte de inocentes, sino la paz y la seguridad. Además, ha pedido a los judíos que recen por los soldados y los civiles israelíes.
Estas son algunas de las voces religiosas que han hablado sobre la situación en Gaza. Sin embargo, hay muchas más que también han expresado su opinión y su compromiso con la paz y la justicia.
Los cristianos de Gaza son un testimonio vivo de fe y esperanza en medio del sufrimiento y la injusticia. Son una voz silenciosa pero profética que clama por el respeto a los derechos humanos y por el diálogo entre las partes enfrentadas. Son una luz que brilla en las tinieblas y que no se deja apagar por el odio ni por el miedo.