El obispo español de Helsinki: «La Iglesia católica en Finlandia tiene su propia voz y es escuchada»
Ramón (Raimo, en finlandés) Goyarrola aterrizó en la gélida Finlandia en 2006 y desde entonces ha sido profesor, representante del Consejo Ecuménico del país y capellán militar y de una residencia universitaria, entre otras cosas
Sin duda ha sido una de las noticias del año dentro de la Iglesia. Ramón (Raimo, en finlandés) Goyarrola, nacido el 20 de julio de 1969 en Bilbao, ha sido nombrado nuevo obispo de Helsinki. Repasemos un poco su trayectoria. Pertenece desde 1987 a la prelatura personal del Opus Dei. Es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra. Realizó posteriormente estudios filosófico-teológicos en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, obteniendo el Doctorado en Teología Dogmática. El 1 de septiembre de 2002 fue ordenado sacerdote.
Aterrizó en la gélida Finlandia el 1 de junio de 2006. Desde entonces ha desempeñado los siguientes cargos: capellán en la Residencia Universitaria de Tavasttähti; asistente de la Pastoral Universitaria en Helsinki; profesor de Educación Religiosa en diversas escuelas públicas de Helsinki; representante diocesano en el Consejo Ecuménico Finlandés; miembro del Personal Ejecutivo y del Comité de Ética del mismo Consejo Ecuménico; capellán militar. Hasta hace dos años ha sido Vicario General de la diócesis de Helsinki.
La diócesis que comenzará a pastorear a partir del próximo 25 de noviembre (fecha de su ordenación como obispo), es una de las más secularizadas y pobres del mundo, con apenas 16.000 católicos, menos de un 1 % de la población y solo ocho parroquias. La mayoría de los creyentes son luteranos, 68,7 %, y un 1,1 % ortodoxos, el resto, ateos o agnósticos.
Pero en ilusión, ganas y visión sobrenatural es difícil superar a este joven y simpático vasco. Basta con observar su foto de perfil de WhatsApp: la histórica imagen de la llegada del hombre a la luna pero plantando la bandera del País Vasco.
–¿Se esperaba este nombramiento, estaba su nombre en las quinielas?
–La verdad, no me lo esperaba. Ha sido una sorpresa. Le estoy muy agradecido al Papa Francisco por su confianza.
–¿Y preveía la reacción positiva a su nombramiento de tanta gente de distintos credos?
–Me resulta conmovedor comprobar la alegría con que ha sido acogido mi nombramiento y del cariño manifestado por tanta gente católica y no católica.
Desde el minuto uno después del anuncio del nombramiento he recibido centenares de llamadas, mensajes y correos electrónicos de numerosas personas, incluidos obispos luteranos y ortodoxos ofreciendo su ayuda y apoyo en lo que necesite.
En Finlandia se da un fenómeno ecuménico que quizá es genuinoNuevo obispo de Helsinki
–Usted es un impulsor del ecumenismo en esta tierra de misión. ¿Qué puede extraerse de su experiencia para trasladarlo a otros países? ¿Es Finlandia un reducto inimitable?
–En Finlandia se da un fenómeno ecuménico que quizá es genuino. Los cristianos estamos muy unidos en oración y en corazón. Aquí es fácil hablar entre nosotros de teología, con sinceridad y respeto mutuo.
Quizá la base está en la confianza recíproca. Somos amigos y la amistad, que la considero una participación del amor de Dios, es la base para un ecumenismo vivo y real.
–¿Cuál es el porcentaje de católicos en Finlandia? ¿En qué zonas están?
–Somos unos 17.000 católicos esparcidos por toda la geografía finlandesa. Esto es el 0,2 % de la población. La mayoría viven en la zona de la capital y alrededores pero también hay católicos en Laponia a más de 1.500 km de Helsinki.
–¿Qué movimientos de la Iglesia católica están más presentes en Finlandia?
–Existe una presencia viva del Camino Neocatecumenal en al menos 5 ciudades. Hay también unas cuantas personas focolares y, sin ser estrictamente movimiento, también hay fieles y cooperadores de la Prelatura del Opus Dei en varias ciudades. Todos intentan servir a la Iglesia según su carisma.
Cada año sumamos 500 nuevos católicos en FinlandiaObispo de Helsinki
–¿Hay vocaciones religiosas? ¿Cuántos sacerdotes católicos hay?
–Se cuentan con los dedos de una mano las nacidas aquí, pero estamos esperanzados en recibir más vocaciones con la gracia de Dios. Y somos 28 sacerdotes.
–¿Hay conversiones al catolicismo? ¿Está creciendo la Iglesia católica en Finlandia?
–Cada año sumamos 500 nuevos católicos. La mitad por bautismos de niños y adultos e incorporación a la Iglesia de personas mayores de edad. La otra mitad proviene de la inmigración y de los refugiados, cada vez más numerosos.
–¿Está bien considerado el catolicismo en Finlandia? ¿Cómo está formada la diócesis?
–La Iglesia católica tiene un prestigio maravilloso a nivel ecuménico y social. Yo diría que los tres Papas recientes han aportado mucho desde su propia personalidad y con su mensaje. Somos unos 18.000 católicos, aunque a día de hoy podrían ser ya 30.000. Ahora hay que ver dónde están.
–A la iglesia protestante luterana la financia el estado...¿Cómo se logra financiar la iglesia católica para mantener su independencia?
–Vivimos al día como tantas familias extendidas por la tierra. Los recursos económicos obtenidos en el país no nos dan ni para pagar la calefacción y demás gastos que genera la atención pastoral. Gracias a Dios recibimos ayuda de otros católicos, especialmente de Alemania.
La pobreza que vivimos eleva el espíritu a rezar y confiar más en Dios pero una base económica más sólida también permitiría centrarse más en lo pastoral, sirviendo mejor al pueblo de Dios.
–Las encuestas dicen que es un país donde la gente es muy feliz pero contrasta con los índices de suicidio, alcoholismo, vida solitaria, aislamiento, depresión, etc. ¿Qué opina?
–Las encuestas se basan en preguntas concretas. Qué es ser feliz es una pregunta difícil. Para los cristianos la felicidad se alcanza contando con Dios en la vida diaria, nuestro Padre, que nos ama con locura y que es el único interesado en nuestra felicidad aquí en la tierra y en la vida eterna. Jesús es el nombre de la receta duradera de auténtica felicidad.
Uno de mis sueños es un colegio católicoObispo de Helsinki
–En las estadísticas de PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes) Finlandia sale entre los mejores países en educación. ¿Qué opciones hay de que proliferen escuelas privadas católicas?
–Así es, según los expertos. He sido durante unos años profesor de religión en tres escuelas. Sólo tengo piropos y alabanzas para esos colegios. Es cierto que el clima, la lengua y la idiosincrasia finlandesa ayudan mucho a centrarse en los estudios.
Uno de mis sueños es un colegio católico. En mi corazón hay fecha de inicio: agosto de 2024. Dios proveerá. Las autoridades educativas y municipales si ven la necesidad social de un tipo de colegio lo apoyan económicamente después de dos o tres años de propia viabilidad. La ciudad ayuda también a la sostenibilidad. Esto es parte del derecho que tienen los padres a escoger la educación que quieren para sus hijos. Aquí no hay prejuicios.
–¿Qué relaciones hay con Iglesias de otros países como Rusia, Suecia, Estonia, Lituania o Polonia?
–La relación más fluida es con Suecia y Estonia. Los lazos fraternos son evidentes. Vendrán obispos de esos países a mi ordenación. El obispo de Moscú no podrá participar por un compromiso asumido previamente, pero nos encontraremos el próximo año.
Sirviendo nos hacemos más humanos y más divinosObispo de Helsinki
–¿Cuáles son sus prioridades una vez ordenado obispo?
–Como pastor de una porción del pueblo de Dios he de cuidar en primer lugar mi vida de oración y la Misa donde estará presente toda la Iglesia y toda la humanidad. Sólo llevando a Jesús en mí podré llevarlo a los demás.
Quiero servir a la gente allí donde se encuentre y esto me exigirá viajar mucho. Estar con la gente, llevarles el calor del corazón de Jesús.
–Una curiosidad. ¿Cuál será su lema episcopal?
–«Servir al Señor con alegría». El camino de la paz y de la alegría es servir a Dios sirviendo a los demás como Jesús hizo. Arrodillándose para lavar los pies de los apóstoles. Y siempre con alegría. Dios quiere hijos alegres. Hijos que se fían de su Padre y que son capaces de seguir a Jesús, dando un testimonio alegre de servicio generoso a todos sin excepción.
Servir es un verbo muy divino y por eso también muy humano. Sirviendo nos hacemos más humanos y más divinos. Nos transforma en Jesús que ha venido a servir y no ser servido.
–¿Qué proyectos tiene el Opus Dei en Finlandia? ¿Hacen actividades de solidaridad?
–Las personas de la Obra intentamos ser sembradores de paz y alegría como nos definió san Pablo VI. La difusión del evangelio con nuestra propia vida familiar y profesional es nuestro granito de arena en esta playa inmensa de la Iglesia. Además, laicos y sacerdotes colaboramos con las parroquias de manera concreta en las catequesis, Misas en la diáspora, etc.
Gracias a Dios a través de nuestros centros se acercan numerosas personas no católicas que desean recibir formación doctrinal y acaban pidiendo el bautismo o incorporándose a la Iglesia.
Atendemos en nuestras residencias de estudiantes un proyecto de solidaridad distribuyendo alimentos a personas necesitadas y haciéndoles compañía todas las semanas.
–¿Tiene relación con las autoridades políticas del país? ¿ Se tienen en cuenta las opiniones del obispo en los grandes temas de debate?
–Aún siendo una familia pequeña en Finlandia somos conscientes de que para la sociedad somos la Iglesia católica universal en nuestro país. Así también lo aprecian las diversas autoridades civiles. Por ejemplo, hace apenas unos días he recibido una invitación personal del presidente del país para participar en su residencia en la solemne conmemoración de la independencia finlandesa.
Además, en Finlandia hay costumbre en los diversos gobiernos de preguntar a las instituciones religiosas su opinión en temas que tocan la ética o moral.
La Iglesia católica tiene su propia voz y es escuchada. Es bonito comprobar que a la hora de defender la dignidad de la vida humana la Iglesia no está sola. Hay mucha gente de buena voluntad que comparte los principios de la moral natural. La verdad es buena y bella y esto nos une a las personas independientemente de su credo sea religioso o no.
El hilo de mis sueños es que al final del camino nos encontremos en el CieloObispo de Helsinki
–San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, decía a sus miembros «soñad y os quedareis cortos». ¿Con qué sueña Raimo Goyarrola?
–La lista de sueños es muy larga. El hilo conductor de mis sueños es que al final del camino nos podamos encontrar todos en el Cielo, donde disfrutaremos eternamente de la paz y alegría que nuestro Padre Dios nos da en su hijo Jesús.
–¿Cuáles son las labores en las que ha trabajado hasta ahora?
–He sido el Vicario General de la diócesis. Lo he compatibilizado, entre otras cosas, con ser capellán en el ejército. Además, estoy haciendo la tesis doctoral en medicina sobre cuidados paliativos. Quiero aportar algo concreto para que todos podamos morir bien atendidos y cuidados desde una visión integral de la persona humana, física, psicológica y espiritual. Espero sacar el tiempo necesario para finalizar la tesis. Dios proveerá.
Previamente he realizado tareas pastorales con la juventud, en la universidad, y sobre todo en el ecumenismo, donde realmente he palpado la gracia de Jesús que quiere que seamos uno.
–¿Qué es a lo que más le costó adaptarse a su llegada a Finlandia?
–Difícil contestar. Al llegar a mi nuevo país me enamoré de Finlandia y sus gentes. Cuando hay amor y cariño nada cuesta. Lo considero una gracia de Dios.
–La última. ¿Sigue la actualidad informativa española? Supongo que al menos seguirá con pasión a su Athletic de Bilbao... ¿Qué es lo que más le preocupa de las noticias que le llegan?
–Pues la verdad, no sigo la actualidad española. Hace muchos años que me fui de allí. Mi corazón y cabeza están en Finlandia. El Athletic Club de Bilbao es un caso aparte. Es un gen rojo y blanco inserto en mi DNA. Para las alegrías y las penas.