Los tesoros de la casa natal de Benedicto XVI: su sotana, una cruz… y Teddy, su osito de peluche

«De niño, lo que más fascinaba a mi hermano Joseph era un oso de peluche», escribía Georg Ratzinger, hermano de Benedicto XVI, en su libro Mi hermano, el Papa. En él recuerda que todos los días pasaban por delante de un escaparate para ver el peluche, llamado Teddy. Pero un día el osito desapareció. «Mi hermano lloró mucho. Intentamos consolarlo, pero estaba muy triste», relata Georg, antes de contar el final feliz: el día de Navidad, el joven Joseph Ratzinger encontró a Teddy en el salón de su casa. «El Niño Jesús se lo había traído», celebra.

Benedicto XVI conservó el peluche hasta su vida adulta, según desveló mons. Alfred Suereb, que fue su secretario personal durante años, y siempre ocupó un lugar de honor en el sofá de su estudio. Hoy, Teddy ha vuelto a casa: es uno de los objetos personales que fueron devueltos tras su muerte a la casa natal del pontífice alemán, en el pueblo bávaro de Marktl am Inn. La casa –reconvertida en museo– inaugura este domingo una nueva exposición temporal con varias de estas piezas, incluido el célebre osito de peluche.

Su sotana, su cruz, sus fotos

Según informa el semanario de la diócesis de Passau, Passauer Bistumblatt, la exposición podrá visitarse entre el 7 de abril y el 3 de octubre. Además de Teddy, en ella podrán verse tesoros personales de Benedicto XVI, como su sotana papal, varios retratos familiares o una fotografía de san Juan Pablo II de 1980, con una dedicatoria manuscrita al entonces cardenal Joseph Ratzinger.

También se exhibe una carta escrita a mano por Georg Ratzinger, en la que felicita a su hermano su 80º cumpleaños; varios cuadros y grabados con motivos cristianos, o una imagen de la casa natal de Benedicto XVI que adornaba su piso en Roma. Una pieza a la que el pontífice tenía especial cariño –destaca el portal Katolisch– es una cruz hecha con la madera de un árbol de la casa de sus padres en el pueblo de Hufschlag.

97º aniversario

Joseph Ratzinger nació en Marktl am Inn la madrugada del 16 de abril de 1927, el Sábado Santo de hace 97 años. Pocas horas después, fue bautizado en la iglesia parroquial de San Oswaldo. En la actualidad, la casa donde nació está dedicada a exponer la vida y pensamiento de Benedicto XVI. «La casa –explican en la web oficial– se ve a sí misma menos como un museo y más como un lugar de encuentro, sobre todo como un lugar de diálogo y encuentro con las preocupaciones del Papa Benedicto».

La casa-museo está dividida en varias estancias, algunas dedicadas a la vida del Papa y otras, a su pensamiento. Entre ellas, destaca el cuarto en el que nació, aquel al que se refería así en una homilía de 1986: «Este sigue siendo el lugar donde mis padres me dieron el regalo de la vida, el lugar donde di mis primeros pasos en esta Tierra, el lugar donde fui bautizado en Sábado Santo y me convertí así en miembro de la Iglesia de Jesucristo».