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Pope Francis during his weekly general audience in Saint Peter's Square at the Vatican.

El Papa Francisco saluda en la Audiencia General, en la Plaza de san PedroGTRES

El miedo fue la razón por la que el Papa Francisco decidió vivir en Santa Marta

«Sirve para protegerse. Incluso los niños pequeños tienen miedo cuando ven algo que no entienden y lo experimentan como una amenaza, y piden ayuda», reconoció Francisco en una entrevista

Según el Papa Francisco, «el miedo es un sentimiento, no es una idea, no es algo lejano a mí; es un sentimiento que entra en mí, que surge de mí, es un sentimiento con el que tengo una relación».

La alarma del miedo

El miedo, pues, debe ser aceptado por cada uno de nosotros, es algo «normal». Pero cuidado. Porque, dice el Papa, «el miedo puede ser una alarma: cuidado que hay peligro; también puede ser un compañero del sentido común que te hace ver la dimensión de las cosas». El Papa habló de esto hace algún tiempo, en una entrevista concedida al psicoterapeuta y escritor Salvo Noè, autor del libro El miedo como don.

«Para ser claros —dice el Papa Francisco—, si me hago esclavo del miedo, éste puede convertirse en una limitación que me bloquea y no me hace avanzar en la vida. De hecho, la persona miedosa es como si fuera hacia un muro». En cambio, «si sé utilizar el miedo para comprender el mensaje que quiere darme, entonces será una ayuda para mí».

El miedo protege

Suele surgir de un sentimiento de defensa, «y sirve para protegerse. Incluso los niños pequeños tienen miedo cuando ven algo que no entienden y lo experimentan como una amenaza, y piden ayuda».

A la pregunta de si tuvo miedo cuando fue elegido, el Papa Francisco respondió: «No esperaba ser elegido, pero nunca perdí la paz. Había traído una pequeña maleta, convencido de que volvería a Buenos Aires para el Domingo de Ramos. Allí había dejado preparadas las homilías. En cambio, me quedé en Roma».

Necesito encontrarme con la gente, hablar y aquí me siento más librePapa Francisco

«Apenas fui elegido –continuó el Pontífice-, dentro de la Capilla Sixtina, un cardenal brasileño que estaba cerca vio mi sorpresa y me dijo: 'No te preocupes, así hace el Espíritu Santo'». El Papa dice que sintió paz y tranquilidad. «No quería ponerme nada, solo el hábito blanco. Ni siquiera los zapatos quería ponerme. Ya tenía los zapatos y solo quería ser normal. Entonces salí y dije buenas noches».

Quería romper esta costumbre del Papa aisladoPapa Francisco

Santa Marta

La elección de vivir en Santa Marta, dice el Papa Francisco, estuvo influenciada por el miedo. «Elegí vivir en Casa Santa Marta, en lugar del histórico piso papal del Palacio Apostólico, porque, como comprenderán, necesito encontrarme con la gente, hablar y aquí me siento más libre. Allí me sentía blindado y eso me daba miedo. Cada uno de nosotros tiene que conocerse para encontrar las mejores soluciones a su malestar».

«Cuando fui elegido por primera vez», concluye el Papa, «me llevaron al Palacio Apostólico, vi un dormitorio muy grande, un baño grande (demasiado lujoso) y un efecto embudo. Habitaciones grandes pero una entrada pequeña, donde solo pueden entrar muy pocos colaboradores. Así que pensé: paciencia si no puedo salir a pasear fuera del Vaticano, pero al menos quiero ver gente. Por eso elegí la Casa Santa Marta. Quería romper esta costumbre del Papa aislado», es el pensamiento final de Bergoglio.

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