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17 de septiembre de 2024

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Sacerdote leyendo el periódico (Fortuny y Marsal)Museo Nacional del Prado

Francisco da las cinco claves de por qué es bueno leer

El Papa tiene la solución para conseguir un «cambio radical» en los seminarios: leer poesía

La Santa Sede publicó este pasado domingo una carta firmada por el Pontífice «sobre el papel de la literatura en la formación». El Papa empieza contextualizando: en época de vacaciones, calor y soledad, un buen libro puede ser un refugio frente al aburrimiento. Pero también ante momentos de cansancio y frustración, la lectura ofrece una vía para encontrar serenidad. Aunque los medios modernos hayan cambiado las costumbres, Francisco es claro: la lectura «no es algo pasado de moda».

Así, aunque en un principio el documento «sobre el papel de la literatura en la formación» fue pensado para la formación de los sacerdotes y para conseguir «un cambio radical» en los seminarios, el Papa afirma que los consejos, en realidad, están dirigidos a todos los cristianos por «la importancia que tiene la lectura de novelas y poemas en el camino de la maduración personal».

«La literatura tiene que ver, de un modo u otro, con lo que cada uno de nosotros busca en la vida, ya que entra en íntima relación con nuestra existencia concreta, con sus tensiones esenciales, su deseos y significados», expresa Francisco.

¿'El Cid' o García Lorca?

El Pontífice cuenta que con 28 años fue profesor de literatura en un colegio jesuita de Santa Fe, donde una de sus misiones era orientar la lectura de sus alumnos. Él pedía que leyesen El Cid pero los chicos querían obras del español Federico García Lorca. Esta anécdota la cuenta para subrayar una idea: «El corazón sigue buscando, y cada uno encuentra su propio camino en la literatura».

De esta forma, el Santo Padre expresa su predilección por los autores trágicos, ya que «todos podríamos sentir sus obras como propias, como expresión de nuestros propios dramas». El punto al que quiere llegar es sencillo: «Debemos seleccionar nuestras lecturas con disponibilidad, sorpresa, flexibilidad, dejándonos aconsejar, pero también con sinceridad, tratando de encontrar lo que necesitamos en cada momento de nuestra vida».

Los 5 puntos de Francisco sobre por qué es bueno leer:

De la extensa carta se pueden extraer las cinco razones con las que el Papa respalda la promoción de la lectura entre los seminaristas y, en general, en todos los procesos de formación cristiana:

1. Para relacionarse con la cultura actual y con la vida de individuos específicos: «Para un creyente que quiera sinceramente entrar en diálogo con la cultura de su tiempo, o simplemente con la vida de personas concretas, la literatura se hace indispensable... ¿Cómo podemos penetrar en el corazón de las culturas... si ignoramos... sus creaciones?».

2. Para comprender y afrontar las diferentes situaciones que pueden presentarse en la vida: «En la lectura nos zambullimos en los personajes, en las preocupaciones, en los dramas, en los peligros, en los miedos de las personas que finalmente han superado los desafíos de la vida, o quizás durante la lectura damos consejos a los personajes que después nos servirán a nosotros mismos».

3. Para escuchar «la voz de alguien»: el Papa, aludiendo a la frase del escritor argentino Jorge Luis Borge, anima a la lectura por ser esta un modo de atender a otra persona y no caer en el aislamiento.

Santa Ana enseñando a leer a la Virgen (1674) de Carreño de Miranda

Santa Ana enseñando a leer a la Virgen (1674) de Carreño de MirandaMuseo Nacional del Prado

4. Para no perder de vista la 'carne' de Jesucristo: «Esa carne hecha de pasiones, emociones, sentimientos, relatos concretos, manos que tocan y sanan, miradas que liberan y animan; de hospitalidad, perdón, indignación, valor, arrojo. En una palabra, de amor».

5. Para ejercitar el discernimiento, donde el lector no solo está interpretando lo que lee desde su perspectiva, sino que también se convierte en parte de la experiencia del texto, siendo influenciado por él: «Se comprende así que el lector no es el destinatario de un mensaje edificante, sino una persona que está inducida activamente a adentrarse en un terreno poco seguro, donde los confines entre salvación y perdición no están definidos y separados a priori».

El poder espiritual de la literatura

«Confío en haber puesto de manifiesto en estas breves reflexiones», resume Francisco, «el papel que la literatura puede desarrollar educando el corazón y la mente del pastor o del futuro pastor en la dirección de un ejercicio libre y humilde».

«El poder espiritual de la literatura evoca, por último, la tarea primordial confiada al hombre por Dios, la labor de 'dar nombre' a los seres y a las cosas», destaca el Santo Padre, quien ha concluido su carta con una frase del poeta Paul Celan: «Quien realmente aprende a ver se acerca a lo invisible».

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