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13 de septiembre de 2024

The crowd look in direction of Pope Francis during the Angelus prayer from the window of the apostolic palace overlooking St. Peter's square on August 27, 2023 in The Vatican. (Photo by Tiziana FABI / AFP)

Fieles en la Plaza de San Pedro escuchando el Ángelus del PapaAFP

El Papa cuestiona la prohibición ucraniana de la Iglesia ortodoxa rusa: «Las Iglesias no se tocan»

Francisco expresó su preocupación tras el Ángelus por la reciente ley en Ucrania y hizo un llamamiento a que «ninguna Iglesia cristiana sea abolida directa o indirectamente»

En su alocución tras el Ángelus del pasado domingo 25 de agosto, el Papa Francisco expresó su profunda preocupación por la reciente legislación aprobada en Ucrania que prohíbe las actividades de la Iglesia ortodoxa vinculada al Patriarcado de Moscú. El Pontífice enfatizó la importancia de permitir que las personas recen en la iglesia que consideran suya, en clara referencia a la decisión del Parlamento ucraniano. «Al pensar en las leyes recientemente adoptadas en Ucrania, surge el temor por la libertad de quienes rezan», subrayó el Papa, haciendo un llamado a que «ninguna Iglesia cristiana sea abolida directa o indirectamente: las Iglesias no se tocan».

El Parlamento ucraniano, conocido como la Rada Suprema, aprobó el 20 de agosto el proyecto de ley «Sobre la protección del orden constitucional en el ámbito de las actividades de las organizaciones religiosas», que prohíbe la actividad de las «organizaciones religiosas afiliadas a Rusia en Ucrania». La legislación se dirige específicamente a la Iglesia Ortodoxa Rusa, a la que se acusa de ser una «continuación ideológica del régimen del Estado agresor» y de cómplice en crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos por la Federación Rusa.

Francisco, que sigue con dolor los combates en Ucrania y en la Federación Rusa, expresó su temor por la libertad de los fieles que, según él, «cuando rezan de verdad, rezan siempre por todos». Reiteró que, aunque alguien pueda hacer el mal, no lo hace por el hecho de rezar, y por ello insistió en que se debe permitir a todos rezar en la iglesia que consideren suya.

La legislación ucraniana ha generado una reacción inmediata por parte de Moscú, que ha denunciado que la medida pretende «destruir la verdadera ortodoxia canónica y sustituirla por un sucedáneo, una falsa Iglesia». El Papa Francisco, aunque no mencionó a Moscú directamente, hizo un llamado general a que se respete la libertad religiosa en todas las circunstancias, recordando la importancia de no abolir ninguna iglesia cristiana, ya sea de manera directa o indirecta.

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