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Pope Francis addresses the pilgrims as he leads the weekly general audience in Paul VI hall at the Vatican on January 15, 2025. (Photo by Filippo MONTEFORTE / AFP)

El Papa Francisco se dirige a los fieles durante la audiencia general semanal en el aula Pablo VI del VaticanoAFP

Audiencia General

El Papa denuncia la explotación infantil e insta a los fieles a concienciarse sobre los productos que compran

Por segunda semana consecutiva, un circo ha vuelto a sorprender en el Aula Pablo VI del Vaticano, ofreciendo una breve actuación al Santo Padre y a los presentes

Esta mañana, durante la audiencia general en el Aula Pablo VI en el Vaticano, el Papa Francisco pronunció una catequesis sobre la grave realidad de la explotación infantil en el mundo. Dirigiéndose a los fieles, con un mensaje claro, subrayó la urgencia de erradicar prácticas que someten a millones de niños a trabajos forzados, abusos y esclavitud moderna.

«Un solo caso de abuso infantil ya es demasiado», afirmó el Pontífice, condenando con firmeza la indiferencia social ante estas atrocidades. El Papa destacó cómo estas formas de maltrato constituyen no solo crímenes atroces, sino también «una gravísima violación de los mandamientos de Dios».

En un tono que invitaba a la reflexión personal, Francisco instó a los fieles a tomar conciencia sobre los productos que compran y a no ser cómplices de un sistema que perpetúa la explotación: «¿Cómo puedo comer y vestirme sabiendo que detrás de esa comida o de esa ropa hay niños explotados, que trabajan en vez de ir a la escuela?». «Algunos dirán que, como individuos, no podemos hacer mucho. Es cierto, pero cada uno puede ser una gota que, unida a muchas otras gotas, puede convertirse en un mar», subrayó.

Otro circo vuelve a alegrar la audiencia

El Papa fue aún más lejos, recordando la responsabilidad que tienen las instituciones, tanto civiles como eclesiásticas, y las empresas ante este problema. También ha instado a los periodistas a que cumplan con su parte: «pueden contribuir a concienciar sobre el problema y ayudar a encontrar soluciones», aseguró.

En su discurso, también recordó con fuerza las palabras de Jesús: «Todo lo que hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo» (Mt 25,40). Citando a la Madre Teresa de Calcuta, el Pontífice trajo a la memoria el compromiso con los más vulnerables, especialmente los niños olvidados y marginados. «La felicidad de los más débiles construye la paz de todos», declaró, reiterando su llamada a la acción, a no mirar hacia otro lado y a trabajar por un mundo donde ningún niño sea privado de su infancia, «convirtiéndole en adulto antes de tiempo».

Además de los niños, protagonistas centrales de esta audiencia, al final del encuentro en el Aula Pablo VI tuvo lugar un espectáculo especial. Por segunda semana consecutiva, un circo ofreció una breve actuación al Papa y a los presentes. Los artistas rodearon a Francisco, quien permaneció sentado frente a los fieles, como es habitual, mientras ejecutaban una serie de trucos y acrobacias que el Papa contempló con sonrisas y evidente asombro ante la dificultad de las maniobras.

El Santo Padre destacó el valor de este arte, subrayando que el circo es un «trabajo humano, difícil y que requiere mucho esfuerzo». Por ello, al concluir la audiencia, pidió a los presentes «un fuerte aplauso» en reconocimiento al talento y la dedicación de los artistas.

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