La población española consume menos alimentos integrales de los que debería

La población española consume menos alimentos integrales de los que deberíaGTRES

Cuál es la diferencia entre el pan de nuestros abuelos con la barra actual del súper

El pan forma parte de la dieta diaria de millones de persones en todo el mundo y en España es un alimento incondicional para muchas familias ya sea para el desayuno, la comida o en el bocadillo de la merienda. En los últimos años, los nutricionistas han recomendado el pan integral frente al blanco porque el primero tiene más fibra. Sin embargo, Blanca García-Orea, conocida en Instagram como @Blancanutri explica que la diferencia principal es el periodo de fermentación. El pan que se comía hace 60 años y elaborado en panificadoras fermentaba durante periodos largos de, al menos, 12 horas frente a los 30 o 60 minutos del que se compra en los supermercados.

«En los últimos años, hemos recomendado harinas integrales, porque en los supermercados no hay panes que tengan un buen proceso de fermentación. A diferencia del pan que comía nuestros abuelos, que era un pan de larga fermentación. Este tipo de pan tenía muchísima más fibra, un índice glucémico mucho más bajo, permitía una mejor absorción de vitaminas y era mucho más fácil de digerir», explica Blanca García-Orea.

La recomendación es, por tanto, que si se compra un pan del supermercado o de una panadería donde los procesos de fermentación son cortos, se opte por un pan de harinas integrales porque tienen algo más de fibra. Si el tiempo de fermentación es largo, no importará qué tipo de harina se haya empleado.

En conclusión, «si tomas un pan no fermentado elige harinas integrales y si tomas un pan que se ha fermentado dará igual que la harina sea integral o no porque los beneficios de la fibra y del índice glucémico menor van intrínsecos en esa fermentación larga de al menos 12 horas», concluye la experta.

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