Los desayunos abundantes son beneficiosos para controlar el apetito
La investigación muestra que la cantidad total de energía que usa nuestro cuerpo no varía en función de cuándo se consuman las calorías
Ya lo dice el refrán: «Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo». La sabiduría popular se ve otra vez respaldada por la ciencia, y es que un estudio de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido) en colaboración con el profesor Jonathan Johnson, de la Universidad de Surrey, afirma que un gran desayuno y una cena ligera pueden ayudar a perder peso al saciar más y, como consecuencia, sentir menos hambre y comer menos.
Los grandes desayunos, recomendados si hacemos caso a esta investigación, consistían en alimentos como cereales, tostadas, huevos, salchichas, batidos y yogur. Por otro lado, las cenas abundantes estaban basadas en alimentos como filete de ternera y champiñones con arroz, pasta a la boloñesa o chuletas de cerdo con patatas y guisantes, algo que se debe evitar.
Los resultados, publicados en la revista Cell Metabolism, demostraron además que comer a diferentes horas del día no conlleva un metabolismo energético diferencial, es decir, que la energía se utiliza de manera similar independientemente de cuándo se consuman las calorías.
Este estudio fue el primero de su tipo en el Reino Unido, al comparar el impacto de las calorías del desayuno con las de la noche en hombres y mujeres con sobrepeso y obesidad. Se probó que el consumo de calorías afecta al apetito o al hambre, pero no varía el metabolismo energético.
La profesora Alexandra Johnstone, del Instituto Rowett de la Universidad de Aberdeen, hace hincapié en la importancia del estudio porque «desafía la creencia anterior de que comer en diferentes momentos del día conduce a un gasto energético diferencial. La investigación muestra que, en condiciones de pérdida de peso, no existe un momento óptimo para comer con el fin de controlar el peso».
Asimismo, la científica incide en que el control del apetito es importante para lograr la pérdida de peso, «y nuestro estudio sugiere que quienes consumían la mayor cantidad de calorías por la mañana sentían menos hambre, en contraste con los que consumían más por la noche».
Jonathan Johnston, profesor de Cronobiología y Fisiología Integrativa en la Universidad de Surrey, agregó: «Este es un hallazgo importante para el campo de la investigación sobre el horario de las comidas, llamado crononutrición. Muchos aspectos de la biología humana cambian a lo largo del día y estamos empezando a comprender cómo interactúa esto con la ingesta de alimentos. Nuestra nueva investigación muestra que, en condiciones de pérdida de peso, el tamaño del desayuno y la cena regula nuestro apetito pero no la cantidad total de energía que usa nuestro cuerpo».