El plan de fitness que toda mujer de mediana edad necesita
Es posible estar en forma y saludable sin importar la edad
A medida que vamos cumpliendo años es importante hacer ejercicio, no solo para abordar nuestra angustia por lucir estupendos, sino también por nuestra salud.
Independientemente de la condición física de cada uno, el ejercicio para las mujeres de cuarenta y tantos es diferente al de las de veinte y treinta años.
Los cambios físicos –como metabolismos más lentos, cambios hormonales durante la perimenopausia y la menopausia–, y el mayor riesgo de desarrollar problemas cardíacos y óseos en esta etapa de la vida, hacen que sea importante analizar cuáles son las mejores prácticas para estar en forma entre los cuarenta y los cincuenta.
Expertos en acondicionamiento físico y médicos hacen hincapié en la importancia de seguir moviéndose, dado que es esencial para prevenir la fragilidad de los huesos, pero sin sobrecargar las articulaciones, especialmente las rodillas, ya que esto puede ser un problema para las mujeres de mediana edad. Motivo por el cual se suele recomendar hacer ejercicios de menor impacto, como por ejemplo pilates: fortalece los músculos, especialmente el core, pero de una manera más controlada, con menos posibilidades de lesión. Erróneamente, la gente piensa que será fácil, pero mantiene altos los niveles de energía por lo que sigue siendo un desafío.
Si la mujer tiene más de 50 años, el desgaste general puede provocar que el tejido entre los huesos se rompa. El estrógeno tiene un efecto antiinflamatorio natural en el cuerpo; a medida que disminuye, esto puede aumentar la inflamación, agravando los problemas articulares.
Los fisioterapeutas explican que entre los múltiples beneficios que tiene el pilates está aumentar la fuerza, mejorar la postura y el equilibrio del torso. Precisamente al trabajar la musculatura central y el suelo pélvico, conseguimos fortalecer estas zonas del cuerpo que normalmente se debilitan en la mediana edad.
Ciertos ejercicios ayudan mucho a fortalecer los músculos, lo que puede ayudar a prevenir caídas y, por lo tanto, fracturas de huesos. También ayudan a mantener una mejor postura, fuerza, flexibilidad y movimiento. Estos movimientos deben realizarse junto con el entrenamiento de fuerza, que utiliza pesas para ayudar a desarrollar los músculos, junto con el ejercicio aeróbico.
Es importante espaciar los entrenamientos de fuerza, especialmente si tienes osteoporosis, para prevenir lesiones. El objetivo es estresar el hueso y asegurarse de aumentar el tiempo de recuperación. Si no existe ese tiempo de recuperación, se corre el riesgo de sufrir una fractura por estrés debido a querer conseguir resultados en muy poco tiempo.
Lo que recomiendan los entrenadores personales para una mujer de mediana edad es realizar dos sesiones de fuerza por grupo muscular por semana con dos días de recuperación entre sesiones.