Negacionistas y opositores a las medidas anticovid, arrestados en Alemania «por planear atentados»

La justicia alemana anunció el jueves el arresto de cuatro miembros de una red de extrema derecha opuesta a las reglas anticovid que estarían planeando «atentados violentos» en Alemania y secuestros de «personalidades».

El ministro de Salud, el socialdemócrata Karl Lauterbach formaba parte de sus objetivos, por ejemplo, informaron fuentes gubernamentales a la AFP. La red, que se hacía llamar «Patriotas unidos» tenía por objetivo la destrucción de «sistema democrático alemán», informaron la policía y la fiscalía de la región de Renania Palatinado (suroeste).

Un 'ejército' que asustó al país

Las autoridades alemanas observaron con el rabillo de un ojo el auge de un movimiento que, a raiz de la pandemia, asusta y avergüenza a la mayoría de la población de este país

Un movimiento de protesta y cabreo ha aglutinado en sus filas a un variado cóctel de fanáticos, veganos, esotéricos, nacionalistas o extremistas políticos y conspiranoicos contra el nuevo orden mundial que ha engrasado las filas del ejército que asusta y preocupa a Alemania. Se les conoce como los «Querdenken».

Querdenker se traduce literalmente como «pensadores laterales». Técnicamente, es un grupo que promueve teorías de conspiración, como que las vacunas contra la COVID-19 alterarán el ADN o que el uso de las mascarillas produce daños que pueden ser irreversibles.

Se trata de fanáticos, veganos, esotéricos y ultraderechistas del radical Alternativa por Alemania (AfD) que han irrumpido en el movimiento para cocinar un peligroso cóctel que dice luchar por un objetivo común contra un supuesto nuevo orden mundial.

Tras los disturbios causados el pasado año 2021 en las ciudades alemanas, las instituciones de este país pasaron a la acción, temiendo que sus teorías calen entre la población según avanza la pandemia y las dudas sobre su final y los instrumentos que la ciencia pone a disposición para combatirla aumentan.

El espionaje alemán ya los somete a una estrecha vigilancia tras la decisión del Ministerio de Interior, alarmado por el auge del movimiento y su radicalismo