Nanopartículas de plata: un poder bactericida mil veces superior a algunos antibióticos
La resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial
el descubrimiento de antibióticos como la penicilina en 1928 revolucionó la medicina al aprovechar la capacidad natural de los microbios para matar bacterias. Casi un siglo después, el uso indebido y excesivo de antimicrobianos en humanos, animales y plantas ha provocado el desarrollo de patógenos resistentes a estos medicamentos. Este hecho hace, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que las infecciones sean más difíciles de tratar y que otros procedimientos y tratamientos médicos, como cirugías tengan más riesgos.
Un pequeño laboratorio español con sede en Zaragoza lleva años investigando el poder bactericida de las nanopartículas de plata o partículas coloidales –Caolín Plata Coloidal (CPC)– como alternativa a los antibióticos tradiciones. Según explican desde el propio laboratorio, «en los primeros años del siglo XX, fueron muchas las aplicaciones de los coloides de plata en medicina humana en todo el mundo, utilizándose incluso por inyección intramuscular o intravenosa, aunque la forma más habitual era por vía oral con los productos sólidos. Estos productos decayeron con la aparición de los antibióticos y las sulfamidas».
Ahora, los científicos del laboratorio Enosan se han propuesto recuperar y adaptar al siglo XXI viejos productos que fueron útiles para luchar contra las enfermedades bacterianas antes de la aparición de los antibióticos.
El Dr. Luis Lostao explica que el Caolín Plata Coloidal, preparado en estado sólido depositando las nanoparticulas de plata a una concentración de 1 % sobre el caolín, tiene un importante poder bactericida: «Actúa sobre una gran cantidad de cepas bacterianas y multirresistentes además de mejorar la actividad de diversos antibióticos que no funcionan frente a bacterias resistentes cuando se emplea de forma combinada CPC-antibiótico». El presidente del laboratorio Enosan añade: «Para facilitar su empleo como medicamento, investigamos la posibilidad de depositar las nanopartículas de plata sobre otros tipos de soportes como pueden ser sustancias inertes empleadas en galénica o incluso sobre medicamentos».
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En esta línea, Domingo Gargallo Viola, director de Funditec y uno de los mayores expertos en España sobre la resistencia a los antibióticos, explica que la plata ya se utilizaba en la antigüedad: «Los romanos servían la comida en bandejas de plata y colocaban monedas de este metal en el vino porque habían observado la capacidad antibacteriana de la plata y por tanto era una manera de preservar tanto la comida como la bebida de las bacterias».
El poder bactericida de la plata
Los Laboratorios Enosan, en colaboración con Universidades y centros de investigación dotados de la tecnología para el desarrollo de los ensayos necesarios han realizado trabajos de investigación para perfeccionar la fabricación del históricos CPC y obtener nuevos productos basados en el gran poder bactericida de las nanopartículas de plata. Estas partículas cuentan con múltiples aplicaciones en agricultura, enología, ganadería, medicina humana y veterinaria o tratamiento de aguas.
Además, en los primeros años del siglo XXI se ha preparado el NPAg-22 que es un producto líquido que contiene únicamente plata en agua a una concentración de 300 ppm de plata que llega a obtener un poder bactericida hasta mil veces superior que algunos antibióticos que todavía funcionan, completa la aportación de Enosan a la lista de sus productos antimicrobianos.
La barrera de la financiación
El gran problema al que se enfrentan los pequeños laboratorios para realizar las fases finales de la investigación para poder aprobar el nuevo medicamento es la financiación. Abordar los gastos necesarios para realizar los ensayos clínicos para la aprobación de los nuevos fármacos por las Agencias de medicamentos supone un gasto de millones de euros. «Estos gastos solo podrían abordarse por las grandes multinacionales farmacéuticas, pero éstas no solo no apoyan económicamente a las pequeñas empresas que están desarrollando nuevos antibióticos, sino que ellas mismas han eliminado de su actividad toda investigación relacionada con la búsqueda de nuevos antibióticos, prescindiendo para ello de todo el personal investigador y de la instrumentación necesaria», afirma el Dr. Lostao.
Por qué no interesa investigar
¿Por qué sucede esto? Domingo Gargallo explica que «los antibióticos son tratamientos cortos. Un paciente que se infecta con una bacteria tiene una capacidad de tratamiento de unos 15 días. En ese tiempo el paciente tiene dos opciones: responder bien y curarse o realmente no responder y tener riesgo de morir. Así pues son tratamientos muy cortos, el precio de los productos es bajo y por lo tanto, desde el punto de vista comercial, a los laboratorios no les interesa» y añade: «Es mucho más práctico invertir en enfermedades crónicas. Por ejemplo, una persona con hipertensión se está medicando durante décadas, o un paciente con cáncer, tiene un tratamiento mucho más costosos y pseudo crónicos, con lo cual, desde el punto de vista comercial esas áreas terapéuticas son mucho más interesantes económicamente que descubrir nuevos antibióticos».
A pesar de las dificultades los laboratorios confían encontrar financiación en entidades públicas o privadas para seguir avanzando y encontrar una solución al riesgo que supone para la población esta pandemia silenciosa.