¿Por qué los mosquitos pican más a unas personas que a otras?

Los mosquitos aunque parezcan pequeños insectos indefensos son grandes propagadores de enfermedades. De hecho, en el año 2018 causaron aproximadamente 725.000 muertes en todo el mundo. Este animal es capaz de transmitir enfermedades tan diversas como el zika, el dengue, la fiebre del Nilo occidental, la fiebre amarilla, la encefalitis japonesa...

Lo cierto es que no todas personas sufren los mordiscos o picaduras de los mosquitos. Hay algunas que aunque se embadurnen de loción anti picaduras reciben miles cada verano y otras que sin llevar ningún tipo de protección nunca sentirán el picor. ¿Por qué ocurre esto?

Los mosquitos aprovechan cualquier situación para acercarse al cuerpo humano. Según The Conversation la clave está en el paisaje químico que nos rodea. Estos insectos siguen los restos químicos que dejan los cuerpos de las víctimas y aprovechan para atacar.

Aunque haya muchas teorías, la realidad es que los mosquitos se sienten atraídos por el dióxido de carbono o el ácido láctico que exhalamos al respirar o al sudar.

El ser humano diariamente produce aproximadamente cada vez que exhala un kilogramo de dióxido de carbono (CO2), es decir, en un minuto –que se exhalan unas 13 veces– se emiten más de 100 miligramos de gas.

Cuando un mosquito detecta pulsaciones de CO2 comienza a buscar a su presa. Estas corrientes no son iguales para todos los grupos de edad, los niños emiten menos dióxido de carbono; los adultos son los que más CO2 respiran y depende también de la dieta y el deporte que se realice.

El ácido láctico que emitimos al respirar también es otro factor para atraer a estos insectos. Además, las embarazadas y las personas más altas son una diana perfecta para los mosquitos, ya que son los que más ácido emiten.

No obstante, no es el único factor, diversos estudios han llegado a la conclusión de que en espacios reducidos los mosquitos tienen en cuenta más variables, como por ejemplo el olor de los perfumes, los colores, el agua o la temperatura de la piel.

Estos insectos tienen mala visión y se orientan gracias a la temperatura. Por lo que cuanta más temperatura haya más atraídos se sentirán, incluso más si hay humedad. Al ver poco tienen una gran capacidad olfativa, y les atrae el olor de las bacterias de los pies, por ello pican al rededor de los pies o pantorrillas.

Gracias a esto, los científicos vieron que una de las variables más importantes es la de los compuestos químicos producidos por las colonias de microbios que viven en la piel.

Este compuesto no es igual para todos. Los hombres que suelen tener una mayor diversidad tienen menos picaduras, en cambio, los que poseen una menor diversidad reciben más picotazos. No obstante, esto no tiene por qué ser así siempre. Los microbios que hay en el cuerpo van variando, por lo que las personas que reciben muchas picaduras ahora puede ser que en un futuro no tengan ninguna.