El fármaco que abre una esperanza contra el lupus

Cinco millones de personas en todo el mundo sufren lupus, según datos de Fundación de Lupus de América, y a unas 75.000 personas solo en España. Se trata de una enfermedad crónica en la que el propio sistema inmunitario ataca a las células y tejidos sanos por error, creando un exceso de anticuerpos en el torrente sanguíneo. La mayoría de personas que lo padecen son mujeres jóvenes, a las que les causa lesiones cutáneas y daños en las articulaciones e incluso pudiendo generar deterioro en algunos órganos.

Hoy por hoy es una enfermedad incurable, por lo que los tratamientos actuales tienen como objetivo limitar el daño y mejorar los síntomas. Sin embargo, comienzan darse pasos para su tratamiento.

Una nueva píldora se ha mostrado prometedora en ratones. Esta bloquea un receptor para la proteína interferón, y no solo previene los síntomas similares al lupus, sino que también revierte los signos de daño orgánico causado por la enfermedad y previene la muerte en los roedores, según la American Chemical Society (ACS).

Los científicos informan que comenzaron los ensayos clínicos de fase dos a finales del pasado mes de agosto y publicarán los resultados en la reunión de otoño de la ACS. «Pocas terapias nuevas han tenido éxito, pero creemos que nuestro compuesto podría ser un tratamiento efectivo para el lupus», dice la doctora Alaric Dyckman.

Muchos pacientes no responden completamente a los medicamentos actuales. Las dos terapias aprobadas que se desarrollaron específicamente para el lupus reducen la actividad de componentes específicos del sistema inmunitario: el anifrolumab de AstraZeneca, por un lado, y el belimumab, de GlaxoSmithKline, que reduce la supervivencia de los glóbulos blancos conocidos como células B.

Otros tratamientos incluyen esteroides y otros inmunosupresores generales, antipalúdicos, antiinflamatorios y anticoagulantes. Sin embargo, anifrolumab y belimumab deben administrarse mediante inyección o infusión, señala Dyckman, mientras que los esteroides y los inmunosupresores generales están asociados con problemas de seguridad y no fueron diseñados originalmente para tratar el lupus.

El equipo también descubrió que afimetoran se combinaba bien con tratamientos con corticosteroides en ratones. Eso significa que los pacientes podrían usar dosis más bajas de esteroides, un pilar del tratamiento del lupus. Las dosis más bajas serían beneficiosas porque los esteroides tienen efectos secundarios, como aumento de peso, adelgazamiento de los huesos, presión arterial alta y diabetes, así como un mayor riesgo de infección.