La razón por la que los hombres no deben utilizar el móvil en los urinarios

La higiene, tanto corporal como en el hogar, es importante para mantener alejados a virus y bacterias. Lavarse las manos y las superficies donde se cocina de forma recurrente es una de esas normas básicas que se convirtieron en rutinaria durante la pandemia de la covid. Costumbres que, a día de hoy, están interiorizadas como también lo está el bajar la tapa del inodoro antes de tirar de la cadena del váter. Sin embargo, aún siguen siendo muchos los hombres que usan su teléfono móvil mientras utilizan los urinarios. Esta 'adicción' a ver las redes sociales, hablar por teléfono o comprobar su bandeja de correo electrónico mientras hacen pis puede acarrear una serie de riesgos para la salud, según relata la uróloga Helen Bernie en Daily Mail.

La doctora Bernie, uróloga de Indiana University Health, afirma en el periódico británico que las salpicaduras de orina cargadas de bacterias permanecen durante días en los inodoros y baños públicos: «Incluso si estás seguro de no haber tocado nada puede haber pequeñas gotas de orina. Los baños públicos son a menudo puntos calientes de bacterias que tienen gérmenes y bacterias en todo lo que tocas, desde la puerta para entrar al baño, el suelo, la puerta del cubículo, las paredes o los grifos de agua» y añade: «Todo se esparce en el aire y se crea un caldo de cultivo perfecto para bacterias como E coli, estreptococos, hepatitis A y E, que pueden provocar trastornos gastrointestinales significativos como diarrea o fiebre».

Numerosas investigaciones han estudiado la cantidad de gérmenes que pueden encontrarse, ya no solo en un servicio público sino en la propia vivienda. Uno de ellos, publicado en Physics of Fluids, encontró que el 57 % de las partículas que salpican al descargar un urinario pueden viajar a la persona en 5,5 segundos. Si además estás sosteniendo el teléfono en la mano, las pequeñas gotas de orina pueden llegar hasta él y trasladarse a cualquier otro lugar.

Los teléfonos pueden contaminarse fácilmente de esta manera y viajar a través de la ruta fecal-oral, donde las bacterias de las heces ingresan a la boca después de que las superficies contaminadas, como un teléfono, toquen su cara. Como dice la uróloga: «Es realmente repugnante».