Primeros auxilios en la playa: qué hacer ante una emergencia

España está en alerta. Este 2023 es un año negro en lo que a incidentes en playas y piscinas de toda España se refiere. Entre el 1 de enero y el 31 de julio de 2023, según los datos de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, han muerto en España 249 personas por ahogamiento en espacios acuáticos y el mes de agosto podría engordar considerablemente estas cifras.

No obstante, este no es el único peligro al que podemos enfrentarnos en las costas o zonas de baño españolas: golpes, picaduras de animales más o menos peligrosos, desfallecimientos por el calor pueden poner en peligro nuestra seguridad. Por todo ello, la Cruz Roja da una serie de pautas de actuación en accidentes de playas y piscina. Saber actuar de forma rápida puede, incluso, salvar vidas.

Qué hacer en caso de accidente

Lo primero que nos recomiendan desde Cruz Roja es mantener la calma para que la atención al accidentado sea lo más correcta posible. Debemos tener siempre en mente la conocida como conducta P.A.S: Proteger, Avisar y Socorrer.

Así, lo primero que tenemos que hacer es crear un lugar seguro para el accidentado, para que su problema no se agrave ni pueda afectar a otros bañistas o paseantes. Así, dependiendo de la situación, podremos actuar de una forma u otra. Por ejemplo, si una persona se ha visto perjudicada por la picadura de una medusa o una carabela portuguesa, debemos alertar a los bañistas, al igual que haríamos si hay fuertes corrientes, trozos de cristal o cualquier objeto que pueda ocasionar más accidentes.

Seguidamente debemos recopilar información. Si la víctima está consciente y sabe qué le ha ocurrido, debemos escuchar su relato. En caso contrario, podemos recurrir a los testigos de los hechos.

Por supuesto, debemos pedir ayuda, ya sea al servicio de vigilancia y salvamento en la zona o llamando al 112 en caso de que no haya puesto de socorro y la situación sea grave. En el caso de que el accidente no revista de mucha gravedad, podemos acompañar al accidentado al Centro de Salud más próximo.

Si el accidente ha sido grave, igualmente, debemos valorar los signos vitales de la víctima: consciencia, respiración y pulso. Además de evitar movimientos bruscos para que no se produzcan nuevas lesiones, especialmente en la columna vertebral.

Cómo realizar una reanimación cardiopulmonar (RCP)

Si el accidentado está inconsciente y no respira es necesario iniciar rápidamente una reanimación cardiopulmonar:

1. Elimina cualquier peligro que pueda poner en peligro la seguridad del accidentado o de las personas que allí se encuentren.
2. Comprueba el estado de conciencia de la víctima arrodillándote a la altura de sus hombros y sacudiéndolos con suavidad. Pregúntale en voz alta y valora su pulso y su respiración. Si no responde pide ayuda sin abandonar a la víctima y colócala en posición de reanimación: bocarriba, con brazos y piernas alineados sobre una superficie rígida y con el tórax descubierto.
3. Coloca una mano sobre la frente y con la otra tira del mentón hacia arriba para evitar que la lengua impida el paso a los pulmones.
4. Si la víctima no respira pide ayuda al 112 e inicia 30 compresiones torácicas en el centro del pecho.
5. Realiza dos insuflaciones con la vía aérea abierta. Asegúrate de que el aire está pasando.
6. Alterna compresiones e insuflaciones (30:2) a un ritmo de 100 compresiones por minuto.
7. No interrumpas hasta que la víctima inicie respiración espontáneas, te agotes o llegue la ayuda especializada.

Cómo actuar ante una hemorragia

En el caso de que el accidentado esté sangrando, tumba a la víctima o siéntala en el suelo ya que la pérdida de sangre podría causar un desfallecimiento que podría derivar en otra caída.

Eleva las piernas del accidentado y evita la pérdida de calor. Presiona la herida con fuerza durante 10 minutos con un apósito sobre la zona. La extremidad afectada debe estar elevada.

Si es posible, utiliza un vendaje compresivo, ya que la presión sobre la herida será más eficaz.