La enfermedad del hígado graso no alcohólica es una afección en la cual se acumula exceso de grasa en el hígado.

La enfermedad del hígado graso no alcohólica es una afección en la cual se acumula exceso de grasa en el hígado

¿Por qué están aumentando los casos de hígado graso en España?

Puede causar inflamación hepática, daño celular y acumulación de tejido cicatricial en el hígado

La Esteatosis Hepática Metabólica es una enfermedad ‘compleja’ causada por una combinación de factores genéticos, metabólicos y ambientales que provocan la acumulación de grasa en el hígado. Puede causar inflamación hepática, daño celular y acumulación de tejido cicatricial en el hígado (fibrosis). En etapas avanzadas, puede progresar hasta la cirrosis, una enfermedad hepática avanzada que conlleva múltiples complicaciones.

La Dra. Ana Sánchez, miembro del Grupo Esteatosis Hepática Metabólica de la SEEN, (EHMET-SEEN) incide en la importancia del diagnóstico y tratamiento precoz por parte del endocrinólogo: «Es esencial identificar a los pacientes en riesgo para evitar la progresión a formas avanzadas como la esteatohepatitis no alcohólica, la fibrosis hepática e, incluso, la cirrosis, y evitar posibles complicaciones asociadas».

La detección temprana puede ayudar a implementar cambios en el estilo de vida, como limitar el consumo de alcohol, seguir una dieta saludable y realizar ejercicio de forma regular, así como controlar las condiciones médicas subyacentes, como la obesidad y la diabetes, que pueden estar contribuyendo a la EHMET.

Riesgo de cirrosis

La EHMET afecta a personas de todas las edades, pero es más común en adultos de mediana y avanzada edad y en aquellos con factores de riesgo que padecen enfermedades como obesidad, diabetes y síndrome metabólico. «Se estima que alrededor del 25 % de la población mundial tiene hígado graso, aunque este porcentaje puede variar en función de la región y los factores de riesgo prevalentes en la población», sostiene la médico especialista en Endocrinología y Nutrición.

Además, en personas con obesidad y/o diabetes se duplica esa frecuencia, por lo que estas dolencias son algunos de los principales factores de riesgo de la aparición y progresión del hígado graso. En este escenario, cabe destacar que el consumo de alcohol tiene un efecto potenciador en la evolución de la enfermedad hepática.

Causas

En cuanto a las causas que provocan esta patología se encuentran la obesidad, la resistencia a la insulina, las dietas ricas en grasas y en carbohidratos refinados, el síndrome metabólico y la genética. Por ello, los endocrinólogos advierten de que a pesar de que se trata de una de las enfermedades crónicas más comunes, los síntomas pueden ser ‘vagos e inespecíficos’, lo que dificulta su diagnóstico. Algunos pacientes experimentan fatiga, malestar abdominal, dolor en el hipocondrio derecho, y en etapas más avanzadas, ictericia, aunque en muchos casos son asintomáticos.

Actualmente, existen numerosas moléculas en investigación para el tratamiento de la EHMET, pero es fundamental controlar los factores de riesgo, así como adoptar un estilo de vida saludable para reducir la acumulación de grasa en el hígado y prevenir la progresión de la enfermedad. En algunos casos, la pérdida de peso significativa y la reversión de los factores de riesgo pueden influir parcialmente en el daño hepático.

Por qué está aumentando

En los últimos años, en muchos hogares se ha ido perdiendo la dieta mediterránea basada en el consumo de frutas, verduras y pescado, limitando las carnes rojas y donde los ultraprocesados no tienen cabida. Entre las recomendaciones nutricionales, la Dra. Elena González hace hincapié en la vuelta a la dieta mediterránea, ya que reduce la grasa hepática, ejerce un efecto antiinflamatorio y mejora la sensibilidad hepática a la insulina, independientemente del ejercicio y la pérdida de peso: «Es recomendable limitar el consumo de carnes poco saludables (carnes grasas y derivados cárnicos) y el consumo de carbohidratos refinados especialmente en refrescos y zumos de fruta, con mayor índice glucémico, que deben sustituirse por fuentes de hidratos de carbono con baja carga glucémica», señala.

El endocrinólogo, como especialista en patologías metabólicas (obesidad, diabetes, dislipemias, etc.), tiene la responsabilidad de identificar a las personas con hígado graso y/o fibrosis mediante los algoritmos diagnósticos basados en la medición de parámetros analíticos indicativos del riesgo de la enfermedad hepática y la confirmación mediante una prueba basada en ultrasonidos como es el fibroscan y la ecografía hepática. «Con una buena estrategia de cribado y detección de personas con hígado graso se pueden establecer las mejores pautas de tratamiento en colaboración con los especialistas en hepatología», indica la Dra. González

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