Qué tengo que hacer si tengo más de 65 años para protegerme del calor
El verano se caracteriza por días de calor intenso alternados con posibles lluvias y vientos, lo que puede ocasionar cambios bruscos de temperatura
La llegada del calor puede resultar traicionera debido a los cambios de temperaturas, alternando los primeros días cálidos con otros más frescos. Esta situación es aún más grave en el caso de los mayores, quienes son más sensibles al calor y están en mayor riesgo de sufrir complicaciones debido a los cambios bruscos de temperatura.
Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, a partir de los 65 años es más fácil verse afectado por los golpes de calor. «Las personas mayores son especialmente vulnerables a los efectos del calor debido a su tendencia a experimentar deshidratación y pérdida de líquidos a través de la piel. Además, su piel tiende a volverse más seca, lo que dificulta aún más su capacidad para regular la temperatura corporal y aumenta el riesgo de sufrir golpes de calor u otras complicaciones relacionadas con el calor», explica Miryam Piqueras, supervisora médica de Sanitas Mayores.
A partir de los 65 años es más fácil verse afectado por los golpes de calor
Debido a esta mayor sensibilidad de los mayores es fundamental brindar cuidados especiales para prevenir enfermedades y complicaciones derivadas de la exposición al calor: «Hay que tener en cuenta que la hipertermia puede aparecer más fácilmente en personas que padecen condiciones como enfermedades cardíacas, diabetes, enfermedad renal crónica y trastornos del sistema nervioso, ya que estas interfieren en la capacidad del cuerpo para regular la temperatura», añade Isabel Sánchez Galán, nutricionista de Blua de Sanitas.
Por eso, los especialistas de Sanitas Mayores han elaborado una lista de consejos para proteger a los mayores de los efectos negativos del calor:
Vestimenta adecuada
Es importante que a partir de los 65 años se utilice ropa ligera y transpirable para mantener frescos durante los días calurosos. Se recomienda evitar prendas ajustadas, ya que pueden causar molestias e irritación en la piel. Además, es fundamental proteger la cabeza, el cuello y las extremidades con prendas adecuadas cuando se está al aire libre.
Hidratación y alimentación
Es esencial mantenerse bien hidratados durante el verano, bebiendo al menos 2 litros de agua al día. También es importante consumir alimentos ricos en vitamina C, como los cítricos, son especialmente beneficiosos para reforzar el sistema inmunológico: «A partir de una edad durante el verano, se debería incorporar a la dieta proteínas magras y carbohidratos integrales, como pollo a la parrilla y quinoa, para asegurar un adecuado aporte de energía y mantener una temperatura corporal estable» afirma Isabel Sánchez.
Temperatura en interior
Se recomienda mantener una temperatura interior de alrededor de 21 a 22 grados durante el verano, asegurándose de que las habitaciones estén bien ventiladas para mantener un ambiente saludable.
Hacer ejercicio
El ejercicio regular es crucial para la salud de los mayores, pero durante el verano es fundamental evitar las actividades físicas intensas durante las horas más calurosas del día. Se recomienda optar por actividades más suaves, como caminar o bailar, para mantenerse activo sin exponerse al calor excesivo.