¿Por qué recomiendan comer fuerte por la mañana y cenar ligero?
Los cambios del verano influyen en el apetito, en el horario de las comidas y en la manera en que el cuerpo procesa los alimentos
En verano los hábitos diarios y alimenticios suelen cambiar drásticamente. Los días más largos, el calor, los cambios de horario en la jornada laboral y las actividades al aire libre influyen en el apetito, en el plan de comidas y, por tanto, en la manera en que el cuerpo procesa los alimentos. Además, las altas temperaturas pueden hacer que algunas personas duerman peor y llevar a una mayor pérdida de líquidos y electrolitos a través del sudor, lo que hace que la hidratación y la elección de alimentos ricos en agua sean aún más importantes. Aquí es donde la crononutrición puede jugar un papel crucial, ayudando al cuerpo a mantener un equilibrio adecuado entre la ingesta de alimentos y sus ritmos naturales.
Crononutrición
La crononutrición es una disciplina que busca sincronizar la dieta con los ciclos biológicos para mejorar la eficiencia metabólica y el equilibrio nutricional. Se basa en la premisa de que el momento del día en que se consumen los alimentos influye significativamente en el metabolismo, la digestión y el bienestar general. Y es que, al ajustar los horarios de las comidas a los ritmos circadianos naturales del cuerpo, la salud y la energía aumentan.
Además, según la Federación Española de Nutrición, existe una relación directa entre el horario de las comidas y la probabilidad de desarrollar enfermedades como la diabetes, la obesidad o el cáncer. Con el cambio de temporada, es esencial adaptar la dieta a las necesidades específicas. Al sincronizar las comidas con el reloj biológico, aumentan los niveles de energía y se aprovechan al máximo los días largos y soleados, ya que se tiende a mejorar la digestión gracias al consumo de cenas ligeras y tempranas, evitando la pesadez y facilitando el descanso.
Existe una relación directa entre el horario de las comidas y la probabilidad de desarrollar enfermedades como la diabetes, la obesidad o el cáncer
la Dra. Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España explica: «Nuestros cuerpos están regidos por ciclos circadianos, que son ritmos biológicos de aproximadamente 24 horas que influyen en diversas funciones corporales, incluyendo el metabolismo, la digestión y los niveles de energía» y añade: «Estos ritmos están sincronizados con el ciclo natural de luz y oscuridad, y afectan a cómo nuestro cuerpo procesa los alimentos en diferentes momentos del día. Por ejemplo, por la mañana, nuestro metabolismo está más activo, lo que nos permite procesar los alimentos de manera más eficiente. En cambio, por la noche, el cuerpo se prepara para el descanso y la digestión se vuelve más lenta, lo que sugiere que las cenas ligeras y tempranas son más beneficiosas», explica la doctora.