Desde conducir hasta preparar un arroz, ¿cómo los ancianos pierden 'memoria de trabajo'?
Conducir, tomar apuntes en la universidad, preparar una paella o calcular si nos llega el dinero en el súper son procesos que requieren 'memoria de trabajo'. Estos actos cotidianos que tenemos interiorizados requieren de un conjunto de procesos, que Baddeley y Hitch, definió como «un sistema de memoria activo responsable del almacenamiento temporal y procesamiento simultáneo de información necesaria para la realización de tareas cognitivas complejas».
En un artículo publicado en la Fundación Pasqual Maragall, el Dr. Jordi Gich, neuropsicólogo del servicio de Neurología del Hospital Dr. Josep Trueta de Gerona, explica que la memoria de trabajo «es esencial para poder desarrollar exigentes actividades de la vida diaria. Por ejemplo, si queremos cocinar cualquier guiso que implique distintos ingredientes, lo primero que hará nuestra memoria de trabajo es acceder a la memoria a largo plazo para comprobar si hemos comprado o tenemos en casa todos los ingredientes para poder realizar la actividad» y continúa explicando: «A partir de ese momento, nuestra memoria de trabajo organizará y planificará cada uno de los pasos intermedios necesarios para culminar nuestro objetivo. También es responsabilidad de la memoria de trabajo la capacidad de realizar tareas paralelas durante el mismo proceso».
A medida que se envejece la memoria de trabajo va sufriendo un deterioro progresivo. Cierto deterioro es normal pero un deterioro significativo de la memoria de trabajo puede estar asociado con afecciones como la demencia.
Los científicos llevan años estudiando cómo evitar el deterior de la memoria de trabajo, sin embargo, la clave podría estar precisamente en poder eliminar información que ha dejado de ser útil.
El profesor de la Universidad de Boston, el Dr. Rob Reinhart, junto con el Dr. Wen Wen, profundizan en este tema en un nuevo estudio de PLOS Biology. Junto con sus colaboradores de investigación, exploran cómo las cosas que parecemos no poder olvidar afecta nuestra memoria a medida que envejecemos.
La investigación destaca cómo los cerebros envejecidos tienen dificultades para eliminar información obsoleta o irrelevante, lo que lleva a un procesamiento más lento y a olvidos más frecuentes. El estudio identifica un patrón cerebral específico (la variabilidad de la frecuencia beta) que predice el rendimiento de la memoria en los adultos mayores, mientras que en los adultos más jóvenes se observa un vínculo más fuerte entre la memoria y su capacidad para retener información relevante. Estos hallazgos no solo nos brindan una imagen más clara de cómo cambia la memoria con la edad, sino que también apuntan a conocimientos más amplios sobre la salud cognitiva y el bienestar mental.
El mantenimiento y el borrado
Aunque a menudo se hace referencia a la memoria de trabajo como una única función cognitiva, en realidad implica varios procesos: mantenimiento y eliminación.
Mantenimiento de la información
El mantenimiento se refiere al proceso de conservar y retener activamente la información. Garantiza que esta información esté disponible para guiar nuestras decisiones y respuestas. Debido a que la memoria de trabajo tiene una capacidad limitada, debemos tratar de mantener la información relevante que es esencial para la toma de decisiones.
Eliminación
La eliminación, por otro lado, implica deshacerse de información obsoleta o irrelevante de la memoria de trabajo. Este proceso es vital para mantener nuestra memoria de trabajo flexible y eficiente. Al eliminar información que ya no es útil, reducimos la interferencia de información pertinente y evitamos que la información irrelevante abarrote nuestro sistema de capacidad limitada.
El mantenimiento nos ayuda a tener accesible la información relevante, mientras que la eliminación garantiza que la información irrelevante se elimine para evitar la sobrecarga cognitiva
Los doctores explican en el estudio que el rendimiento de la memoria de trabajo de los adultos jóvenes y mayores está determinado por diferentes procesos. Entre las conclusiones, los investigadores afirman que la capacidad de los adultos mayores para eliminar información obsoleta predice el rendimiento de su memoria de trabajo.
Las dificultades para eliminar información innecesaria contribuyen al deterioro cognitivo relacionado con la edad
Estos hallazgos respaldan la teoría del déficit de inhibición del envejecimiento, que dice que las dificultades para eliminar información innecesaria contribuyen al deterioro cognitivo relacionado con la edad. «Nuestro estudio indica que el envejecimiento afecta los procesos de la memoria de trabajo de manera diferente, y que los déficits de eliminación son particularmente impactantes y disruptivos para los adultos mayores», afirman los científicos.
Cuello de botella
La incapacidad de eliminar de manera eficiente la información obsoleta o irrelevante crea un cuello de botella en la memoria de trabajo. Este cuello de botella puede afectar la capacidad de mantener y procesar la información de manera efectiva en tareas posteriores. En otras palabras, las dificultades en la fase de eliminación pueden interferir con el mantenimiento de la memoria, lo que resalta la interdependencia de estos subprocesos. Al centrarnos en estos subprocesos distintos, nuestros hallazgos brindan una comprensión más matizada del deterioro cognitivo. Sugieren que las intervenciones no solo deben apuntar al mantenimiento, sino también a los desafíos específicos asociados con la eliminación para respaldar de manera más efectiva la salud cognitiva en el envejecimiento.