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capa de ozono

La mejora del estado de la capa de ozono se debe, principalmente, a la prohibición de los gases CFCPxhere

Sociedad

La capa de ozono se recuperará en 2066 pero «no será suficiente para frenar el calentamiento global»

El meteorólogo Gabriel G. Valcárcel recalca que esto se ha producido gracias a la prohibición de los gases CFC y que, por tanto, «tomando medidas se pueden mejorar las cosas»

El agujero de la capa de ozono se está cerrando y ya va camino de recuperarse por completo. Así lo ha anunciado esta semana la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en un comunicado, conclusión de un grupo de expertos respaldado por Naciones Unidas. Sin duda una buena noticia para el planeta que podría tener una repercusión positiva en el cambio climático.

El organismo mundial afirma que, si se mantienen las políticas actuales, se espera que la capa de ozono recupere los valores de 1980 –antes de la conformación del agujero– aproximadamente en 2066 en la Antártida, en 2045 en el Ártico y en 2040 en el resto del mundo. Unos tiempos que Gabriel G. Valcárcel, climatólogo y meteorólogo, ve «totalmente factibles» puesto que «es una tendencia de recuperación que ya desde hace varios años se viene observando».

El informe añade que esta circunstancia debería contribuir a evitar entre 0,3 y 0,5 grados centígrados de calentamiento global de aquí a 2100. Algo a destacar teniendo en cuenta el aumento de la temperatura en el planeta, pero no como para lanzar las campanas al vuelo. Y es que la emisión de gases como el dióxido de carbono o el metano a la atmósfera también contribuye al efecto invernadero.

«Solo con la regeneración de la capa de ozono no sería suficiente para frenar el calentamiento global. La función principal del ozono es la de filtrar los rayos ultravioleta, que son los responsables, por ejemplo, del cáncer de piel. Por tanto, esto ayudaría, pero sería insuficiente», apunta Valcárcel.

Prohibición de los gases CFC

La mejora del estado de la capa de ozono se debe, principalmente, a la histórica prohibición de que los gases CFC (cloro-fluoro-carbonos) estuviesen presentes en aparatos de refrigeración y aire acondicionado, aerosoles y tintorerías. La Unión Europea tomó esta decisión en el año 1995, gracias a lo cual se produce la mejora actual.

Los gases CFC no son los mayoritarios en el efecto invernadero. Este, como explica Valcárcel, es un proceso «de por sí natural que sirve para evitar que se escape el calor de la Tierra y que no muramos congelados, pero que hemos alterado al aumentar los gases que conforman este efecto, lo que genera que el calentamiento sea mayor al que debiera».

La mejora en la capa de ozono se produce gracias a la eliminación de ese tipo de gases, que son los causantes de la destrucción de ozono. Sin embargo, continuamos contaminando la atmósfera con otros gases y, por ende, calentando el planeta. El climatólogo recalca que esta recuperación de la capa de ozono no quiere decir que haya menos emisiones de otros gases contaminantes, sino que al eliminar el principal destructor de ozono, los CFC, estemos recuperando esa capa que envuelve la Tierra.

Como conclusión, Valcárcel destaca que se trata de una noticia «muy positiva», pero que hay que dejar claro que «solo con esto no evitaremos el cambio climático». Sin embargo, considera que esto «debería ser el ejemplo de que tomando medidas se pueden mejorar las cosas».

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