Una mujer rescatada del aborto: «Quise seguir para adelante y no conté con el apoyo de nadie»

El pasado 16 de febrero se aprobó la controvertida ley del aborto, una norma que, además de facilitar esta práctica a niñas menores de edad, elimina uno de los derechos fundamentales más importantes: la vida.

A Ana –nombre ficticio– esta ley le hace recordar la «horrible» situación que vivió hace casi tres años. La joven de 22 años, que se enteró de que estaba embarazada con 19, no dudó ni un segundo en seguir para adelante con la vida de su futuro hijo. El camino no fue fácil, tuvo que enfrentarse a su familia, a la del que era su novio y a todo su entorno.

Al principio, Ana no podía creer que estaba embarazada. A punto de cumplir 20 años, decidió contarlo en casa, pero no tuvo apoyo de nadie. Su familia le presionaba para que abortase, le decían que fuese inteligente, pero no escuchó a nadie, solo a su corazón.

En casa no le permitían estar embarazada porque sus padres ya «habían tenido sus propios hijos»

A pesar de su decisión final, hubo un momento en el que se planteó acabar con la vida de su hijo: «Lo primero que me vino a la cabeza fue no tenerlo», pero después de hablar con el padre del niño, llegaron a la misma conclusión: era una vida y ellos la habían creado.

Ana confiesa a El Debate que no sabía qué hacer. En casa no le permitían estar embarazada porque sus padres ya «habían tenido sus propios hijos» y «no tenían por qué hacerse cargo de nada. Cuando su expareja habló con sus progenitores, decidieron apoyarle en la decisión, pero la situación con Ana se complicó: «No podía aparecer en su casa, me dejaron de hablar», comenta.

Desesperada con la situación, porque estaba estudiando la carrera, sus padres no la apoyaban y la familia de la pareja tampoco, decidió recurrir a su hermana, ya que siempre había estado a su lado. Ana se llevó una gran sorpresa al escuchar sus palabras: «Cuando tenía tu edad me quedé embarazada y aborté».

Como tampoco podía contar con su hermana, fue a casa de su tía buscando refugio. Se llevó otra sorpresa: «Me quedé embarazada joven y tampoco lo tuve». La joven de 19 años no sabía qué hacer. En ese momento, pidió a su tía que hablase con su madre, pero no salió como esperaba: «No era una opción que yo decidiese, vivía con ellos».

Saturada con la situación, optó por marcharse unas semanas con una amiga porque «necesitaba respirar». Días después, gracias a una compañera de la universidad, contactó con la Asociación Más Futuro, donde explicó que tenía miedo, que nadie le apoyaba, pero que quería seguir adelante. Fue entonces cuando le ofrecieron alternativas y apoyo: «No me iba a faltar de nada».

Con una decisión más que consolidada y firme, Ana decidió contarle a su madre que iba a tener el bebé, que no había marcha atrás. Su madre no había cambiado de idea, algo que sí hicieron los padres de su expareja, que la empezaron a ayudar porque vieron que en la casa de Ana «había cero apoyo» y lo necesitaba.

Más futuro le dio una nueva vida

Tu bebé tiene un futuro. Con esta frase, Más Futuro tiene clara su finalidad: ayudar a mujeres en riesgo de aborto y exclusión social, puesto que, tal y como asegura la asociación, «tú y tu hijo tenéis un futuro».

Cuando Ana contactó con la comunidad y les contó su situación no dudaron ni un segundo en darle todo lo necesario para seguir adelante durante el primar año de vida del pequeño. La ya mamá, como «odia que le den las cosas hechas», se puso a cuidar niños.

Encontró, gracias a su esfuerzo y a la ayuda de Más Vida, una familia que le facilitaba todo: «Cuidaba a sus hijos y me llevaba al mío». A día de hoy, dos años después, sigue recibiendo apoyo porque Ana está acabando el máster y aún no puede hacer frente a toda la situación.

A pesar de todo, si hay algo de lo que la protagonista está agradecida es de que, gracias a asociaciones como esta, ella está viendo crecer a su hijo.