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04 de julio de 2024

Familia

La personalidad de los hijos depende mucho del lugar que ocupan en la escala familiarFreepick

Ser el primogénito es una ventaja: son más listos y tienen mayor éxito en la vida

El estudio demostró que la mayor parte de los progenitores empleaba una conducta estricta hacia el mayor

Ser el hermano mayor muchas veces es un trabajo algo tedioso. Además de recibir la mayor parte de las veces las broncas de los padres por las trastadas que hace el hermano menor, viven pensando que los hermanos pequeños son más molestos que cualquier otra persona en la Tierra. Sin embargo, no saben una cosa, y es que cuentan con una ventaja envidiable: son los más listos y tendrán mayor éxito en la vida. Más si eres mujer.

Tras analizar a los primeros hijos de diferentes familias, varios estudios han llegado a la conclusión de que los primogénitos –la mayor parte de ellos– obtienen mejores notas que el resto de los hermanos. Además, analizaron que su comportamiento estaba condicionado por la relación que habría experimentado solo él con sus padres mientras era hijo único.

Asimismo, según recoge La Vanguardia, que accedió al estudio Orden de nacimiento y conducta adolescente de riesgo, de la Universidad de Colorado, también tienen menos posibilidades que sus consanguíneos de quedarse embarazadas de adolescentes y consumir drogas.

En este sentido, un estudio de los profesores V. Joseph Hotz & Juan Pantano, de la Universidad de Washington en St. Luis, afirma que los primeros hijos de una pareja obtienen buenas calificaciones. No se sabe muy bien por qué ocurre esto, pero tienen varias opciones sobre la mesa: la genética, el tiempo compartido con los padres o la estabilidad familiar. Sin embargo, apunta La Vanguardia, es «una cuestión de reputación» frente a los hijos y de mantener la disciplina.

Al hilo, el estudio realizado por los investigadores diferencia a dos tipos de padres. Por un lado, están los «no perdonadores», que son los que castigan a los hijos para hacerles ver que han fracasado en el rendimiento escolar. Y, por otro lado, están los «perdonadores», aquellos que, aunque el resultado no haya sido el esperado, no sancionan a sus primogénitos. Cuando esto ocurre, los hijos pequeños aprenden que el bajo rendimiento no se castiga y baja el rendimiento escolar.

No todos los padres son iguales, pero el estudio demostró que la mayor parte de los progenitores empleaba una conducta estricta hacia el mayor para que el menor vea que hay que aplicarse y dar siempre lo mejor de uno mismo. Esto hace que siempre se sea más duro con el primero y con el resto se vaya perdiendo el miedo a que «algo salga mal». Esto ocurre porque se piensa que ya han aprendido lo que hay que hacer, ya que lo han visto en los hermanos de referencia.

La investigación a la que ha accedido el medio determinó que el 34 % de los primogénitos habían sido considerados «uno de los mejores de la clase» y únicamente el 27 % de los que fueron cuartos en el orden de nacimiento recibieron el mismo reconocimiento. En el otro extremo, tan solo el 7,3 % de los primogénitos fueron considerados «por debajo de la media o en la parte inferior de la clase», mientras que las madres clasificaron en esta categoría al 11,7 % del resto.

Otra de las conclusiones fue que los hermanos mayores son más capaces de agendar lo que tiene que hacer día a día y llevarlo a cabo. Por último, según el estudio de Hotz y Pantano, por cada hermano pequeño adicional que tiene un primogénito «la posibilidad de sufrir mayor supervisión por parte de los progenitores aumenta en 2,2 puntos».

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