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Paolo Inselvini en la Eurocámara

Paolo Inselvini en la EurocámaraParlamento Europeo

Entrevista a Paolo Inselvini, europarlamentario de Fratelli d'Italia

Italia, contra los vientres de alquiler: «Los niños son hijos de un hombre y una mujer, de una madre y un padre»

El europarlamentario del partido de Giorgia Meloni defiende la postura de la primera ministra italiana de convertir los vientres de alquiler en un delito universal

El Parlamento italiano aprobó este miércoles de forma definitiva el proyecto de ley que hace de los vientres de alquiler un «delito universal». Esto permitirá al Gobierno de Georgia Meloni imponer penas a los ciudadanos que lleven a cabo estas controvertidas prácticas, incluso si se realizan en el extranjero. La ley, presentada por Fratelli d'Italia, partido de la primera ministra Giorgia Meloni, se ha aprobado en el Senado por 84 votos a favor y 58 en contra, después de recibir el beneplácito de la Cámara de Diputados en julio de 2023.

Para comentar este asunto, el europarlamentario de Fratelli d'Italia, Paolo Inselvini, atiende a El Debate en Bruselas.

–Señor Inselvini, Italia ha dado un paso firme al convertir la maternidad subrogada en un delito universal. ¿Cómo cree que esta ley refuerza la protección de la dignidad de la mujer y el niño frente a lo que muchos consideran la explotación del cuerpo femenino?

–Italia ha dado un paso decidido e histórico al convertir el vientre de alquiler en un delito universal, y lo ha hecho con convicción, ¡después de años de lucha! Sabemos cuánto Giorgia Meloni y Hermanos de Italia valoraban esta batalla, y consideramos que lo que erróneamente algunos perciben como un avance de la civilización, en realidad debería reconocerse simplemente como una explotación del cuerpo femenino y también de comerciar con niños. Nosotros creemos que tener hijos no es un derecho. Por lo tanto, creemos que la protección de los niños y las mujeres puede fortalecerse, ya que una ley de este tipo puede desincentivar estos comportamientos que consideramos injustos y delictivos, y además puede enviar un gran mensaje a nivel cultural. A diferencia de lo que muchos en la izquierda dicen, nosotros queremos proteger tanto a la mujer como al niño.

–¿Cuáles le parece que han podido ser los detonantes en Italia (más allá de la mayoría parlamentaria) de este paso en favor de la protección de la dignidad de la vida humana y de las mujeres? ¿Cómo se ha gestado este paso?

–Esta ley, como he dicho, es el fruto de una clara voluntad política por parte de un partido que sitúa la protección de la dignidad humana, la vida y la familia entre los primeros lugares de su propuesta y de su lucha política. Es también el resultado de una gran movilización a nivel civil y asociativo de muchas personas que en Italia comparten esta sensibilidad. A menudo se dice que el mundo está yendo en una dirección diferente, pero nosotros creemos que todavía hay muchas personas que valoran la dignidad humana, y esto es una prueba de ello. Atribuyo este paso a la organización que han tenido las personas y los partidos para alcanzar este logro, que ciertamente es un paso importante pero no el final.

–La nueva ley también aborda el fenómeno del 'turismo reproductivo', impidiendo que los ciudadanos italianos busquen vientres de alquiler en el extranjero. ¿Cree usted que Europa debería adoptar medidas similares para poner fin a esta práctica en toda la Unión Europea?

–Sí, esta ley busca prohibir no solo la explotación de mujeres italianas y la compraventa en territorio italiano, sino también en el extranjero, porque considera que este comportamiento es incivilizado, inaceptable e ilegal en cualquier lugar donde se practique. Esto refleja que no se trata simplemente de una postura en la política interna por mero consenso, sino de una decisión tomada para proteger un derecho que consideramos inviolable. Es por eso que creemos y esperamos que también a nivel europeo se llegue a una decisión de este tipo, para evitar que en distintas partes del mundo se continúe explotando a mujeres, a menudo pobres, para que adultos ricos y caprichosos compren niños.

–Italia también ha limitado el registro de hijos de parejas homosexuales, por ser un colectivo que suele recurrir a la práctica de los vientres de alquiler para tener hijos. ¿Qué papel cree que debe jugar el Estado en la defensa del modelo de familia tradicional frente a nuevas tendencias en la legislación europea?

–El registro de los hijos de parejas homosexuales no puede ser aceptada simplemente porque no existen hijos de parejas homosexuales. Los niños son hijos de un hombre y una mujer, de una madre y un padre. Y esto debe ser defendido a toda costa, no porque sea una postura ideológica o política, sino porque representa el reconocimiento de la realidad. Sin mencionar el hecho, que debe subrayarse, de que a menudo estos niños son el resultado del vientre de alquiler y del egoísmo de estas personas, independientemente de que el vientre de alquiler pueda ser practicado tanto por personas heterosexuales como homosexuales. No estamos discriminando a nadie, estamos prohibiendo una práctica sin importar la orientación sexual. Pero si se presentaran solicitudes de inscripción por parte de parejas homosexuales, es evidente que surgen muchas dudas sobre cómo fueron concebidos estos niños, ¿no? Son a menudo resultado de esta práctica que consideramos aberrante.

–¿Qué mensaje daría a otros países europeos que aún permiten la maternidad subrogada, sobre la importancia de defender los principios éticos y la protección de la familia?

–Lo que yo les diría es que en estos estados también puede haber un cambio de paradigma, que se transforme la cultura, y esto lo deseo también para mi país. La ley que hemos aprobado sin duda está a la vanguardia, pero refleja un problema general y global. Espero que en estos países pueda haber un cambio de paradigma cultural. Y que se deje de pensar que cada deseo debe ser cumplido, que volvamos a hablar de deberes y respeto, que están por encima de cualquier deseo personal, incluso si es legítimo, porque nadie está juzgando los deseos. Los gobiernos de naciones serias deben saber poner límites de manera clara, por lo que espero que en estos países también se haga un examen de conciencia y se recuerde que las mujeres no son «hornos» donde hacer crecer a los niños, y que los niños no son juguetes o «muñecos» que se puedan comprar. La protección de la vida para nosotros no tiene precio y debemos defenderla a toda costa. Esperamos que también en estos estados la sociedad civil se organice y que la política madure lo suficiente para poner fin a esta barbarie de nuestro siglo. Yo, en mi rol como parlamentario europeo, continuaré luchando para que la Unión Europea finalmente tome una posición contra el vientre de alquiler.

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