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Una persona observa productos en un supermercado

Una persona observa productos en un supermercadoEFE

Un informe sostiene que el etiquetado de alimentos en la UE induce a error a los consumidores

El tribunal criticó, entre otras cosas, la coexistencia de diversas etiquetas nutricionales en la UE, lo que genera confusión entre los usuarios

El etiquetado de alimentos en la Unión Europea (UE) presenta múltiples deficiencias que pueden inducir a error a los consumidores, según un informe divulgado este lunes por el Tribunal de Cuentas Europeo. La corte, con sede en Luxemburgo, señaló que la legislación del bloque contiene lagunas preocupantes y carece de armonización, lo que ha resultado en la proliferación de cientos de sistemas de etiquetado y logotipos diferentes.

De acuerdo con el informe, esta diversidad expone a los consumidores europeos a mensajes que, «deliberadamente o no», pueden ser engañosos. Aunque las normas europeas exigen incluir información esencial sobre los productos alimenticios en los envases, los controles en los Estados miembros son insuficientes, según el tribunal.

El estudio subraya la complejidad de los sistemas de control en países como Bélgica, donde dos autoridades federales y tres regionales comparten competencias, lo que dificulta la supervisión eficaz. Además, la normativa permite a las empresas destacar características positivas de un producto mientras ocultan aspectos menos saludables. Por ejemplo, un envase puede resaltar que un producto es «rico en vitamina C» o «rico en fibras», aunque contenga altos niveles de grasas o azúcares.

El tribunal también criticó la coexistencia de diversas etiquetas nutricionales en la UE, lo que genera confusión entre los consumidores. Destacó casos como el «Nutri-Score», utilizado en países como Alemania, Francia y los Países Bajos; el «Keyhole», empleado en Dinamarca y Suecia; el sistema «NutrInform Battery» en Italia; y un símbolo del corazón usado en Finlandia. Esta multiplicidad de sistemas no solo fragmenta el mercado, sino que también dificulta la comprensión y la comparación por parte de los consumidores.

Otro punto de crítica fue la exposición de los consumidores a afirmaciones no basadas en evaluaciones científicas rigurosas. Según el informe, cada país tiene su propio enfoque, lo que facilita la inclusión de promesas potencialmente engañosas en los envases de alimentos.

Finalmente, el tribunal señaló la ausencia de normas europeas específicas sobre etiquetas vegetarianas y veganas. Estas categorías no están definidas en la legislación de la UE, lo que añade otro nivel de incertidumbre para los consumidores interesados en opciones basadas en plantas.

El informe concluye que las deficiencias actuales subrayan la necesidad de una mayor armonización y supervisión para garantizar que los sistemas de etiquetado realmente informen y protejan a los consumidores, en lugar de inducirlos a error.

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