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Oficina provincial de Muface en la calle Pablo Iglesias de Madrid

Oficina provincial de Muface en la calle Pablo Iglesias de MadridRodrigo Díez

Los funcionarios de Muface podrán cambiarse en enero a la Seguridad Social y volver en abril a la privada

En caso de que finalmente se renueve el convenio, el millón y medio de mutualistas podrá escoger sus servicios sanitarios entre las aseguradoras que se hayan adherido

Quedan apenas 15 días para saber qué ocurrirá con la segunda licitación de Muface, que el Ministerio de Función Pública lanzó después de quedar desierta la primera. De momento, Adeslas, una de las tres aseguradoras que prestan servicios sanitarios a los mutualistas, ya ha adelantado que no se adherirá al convenio, por lo que el futuro del modelo queda en manos de Asisa, DKV y las posibles empresas que puedan sumarse.

Como es habitual, durante el primer mes del año el millón y medio de funcionarios que se encuentra bajo el paraguas de Muface puede cambiar de opción: tanto de una aseguradora a otra, como de la atención privada a la pública, y viceversa. Sin embargo, en esta ocasión es diferente.

El concierto actual termina el próximo 31 de enero y, como este año la continuidad del concierto sanitario no está asegurada todavía, los mutualistas no podrán cambiarse de aseguradora ni de la pública a la privada, pero sí podrán migrar desde el modelo concertado al servicio sanitario del Sistema Nacional de Salud (SNS).

Tal y como viene explicado en la página web de Muface, del 1 al 31 de enero de 2025 «podrá solicitarse el cambio a INSS (servicios públicos de salud de comunidades autónomas e INGESA en Ceuta y Melilla), en cumplimiento del convenio suscrito con dicho organismo».

Sin embargo, la mutualidad abre la puerta a que esas personas que abandonen el concierto sanitario puedan regresar una vez finalice la licitación. «A partir del momento en que esté vigente el nuevo concierto y hasta la fecha que se disponga, se abrirá un segundo plazo para realizar el cambio desde servicio de salud autonómico a una entidad concertada o entre entidades concertadas que sean adjudicatarias del servicio», avanzan.

Recalcan que aquellas personas que opten por cambiar al INSS durante el mes de enero «podrán revertir su decisión en el segundo plazo y adscribirse a una entidad concertada, si así lo desean». Esto supone una novedad, ya que habitualmente si un funcionario hacía el cambio al sistema público no podrían retornar al privado hasta enero del año siguiente.

La fecha exacta del segundo cambio, calculado en abril, aún se desconoce, ya que dependerá de cómo termine la licitación actual. Cabe la posibilidad de que esta vuelva a quedar desierta tras la renuncia de Adeslas, lo cual cambiaría por completo el panorama del mutualismo administrativo.

Un modelo que se marchita

El Ministerio de Función Pública, dirigido por el socialista Óscar López, mostró optimismo tras lanzar esta segunda licitación, que estipulaba la subida de primas en un 33,5 % en tres años. López estaba convencido de que habría acuerdo, pero unos días después de pronunciar estas palabras, la aseguradora mayoritaria de Muface, Adeslas, se descolgó del modelo.

Esto deja a Asisa y DKV como las únicas empresas que pueden continuar con el concierto. Aunque se podrían adherir más, fuentes conocedoras del proceso comentan a El Debate que el camino suele ser a la inversa, es decir, las aseguradoras se han ido descolgando (como Caser o Sanitas) y nunca añadiéndose, por lo que lo ven muy improbable.

De volver a quedar desierta la licitación, Función Pública deberá tomar decisiones. Sobre la mesa, el traspaso completo del millón y medio de funcionarios a la sanidad pública, una opción que las comunidades autónomas temen pueda suponer el colapsos de sus sistemas sanitarios.

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