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Andreu junto al resto de trabajadores de la compañía

Andreu (c) junto al resto de trabajadores de la compañíaCedida

Andreu M Climent, cofundador de Corify Care

«Nuestro dispositivo de mapeo es pionero en el análisis no invasivo del corazón en solo 10 minutos»

Esta herramienta, que ya ha obtenido el marcado CE y que permite su comercialización, no es nueva

El Hospital Gregorio Marañón de la Comunidad de Madrid presentó el pasado lunes un hito histórico: el primer sistema no invasivo en el mundo de mapeo global del corazón en tiempo real y con una duración de solo 10 minutos.

Corify, como se llama este aparato, no se ha creado de la noche a la mañana, sino que ha visto la luz después de 20 años de trabajo continuado. Andreu M. Climent, cofundador de Corify Care, empresa que ha creado este sistema, ha destacado, entre otras cosas, el minucioso trabajo del equipo del Servicio de Cardiología del Laboratorio de Investigación Traslacional del Marañón y de la Universidad Politécnica de Valencia. Además de la colaboración del Instituto de Investigación Sanitaria y el esfuerzo de la Unidad de Apoyo a la Innovación.

–¿Cuál es la historia de este desarrollo tecnológico? ¿Cómo surgió?

–El lunes, por primera vez en la historia, logramos presentar en España, concretamente en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, y gracias a la investigación, el primer dispositivo médico totalmente desarrollado de mapeo permite analizar el corazón en diez minutos de forma no invasiva y rápida.

Esta herramienta, que ya ha obtenido el marcado CE y que permite su comercialización, no es nueva. Surgió hace más de 20 años de una colaboración entre el Hospital Gregorio Marañón y la Universidad Politécnica de Valencia.

La historia se remonta al año 2012, donde tras varios años en Alemania, llegué como investigador al Gregorio Marañón. Durante ese tiempo, desarrollamos los primeros prototipos de esta tecnología, la de la primera patente y publicamos los primeros artículos científicos. En 2019, comenzamos a constituir el modelo con esa idea.

–¿En qué consiste esta novedosa nueva tecnología?

–Uno de los mayores problemas del sistema sanitario es el tratamiento de las arritmias cardíacas. Una de cada tres personas sufrirá una arritmia en algún momento de su vida. En España, cada año más de un millón de personas se ven afectadas. Los fármacos no son muy eficaces y el mejor tratamiento disponible consiste en introducir catéteres en el corazón para cauterizar las regiones responsables de la arritmia. Sin embargo, localizar la región exacta es muy difícil. En la actualidad, cerca de la mitad de las cirugías no logran curar la arritmia, obligando a los pacientes a someterse a múltiples procedimientos, con la implicación, el coste y los riesgos que tiene.

Con esto en mente, buscamos alguna forma de mejorar esto, ya que no podía ser que los clínicos metiesen catéteres en el corazón basándose una tecnología que tiene más de 100 años. A raíz de esto nos pudimos a pensar. Como yo soy teleco y me gustan las antenas, me surgió una pregunta: ‘¿Qué pasa si ponemos muchos electrodos alrededor del cuerpo e intentamos reconstruir lo que está pasando dentro del corazón?’.

Eso ya existía en algunos artículos, pero nosotros nos pusimos a trabajar en ello. Ahora mismo el dispositivo son 128 sensores en cuatro pegatinas que se colocan sobre el tórax del paciente. Gracias a esto, podemos registrar la actividad eléctrica del corazón en tiempo real y mapearla en 3D. Esto permite identificar con precisión la región causante de la arritmia, facilitando intervenciones más eficaces y menos invasivas. Es decir, si hay una arritmia podemos identificar exactamente de dónde procede y cuán difícil va a ser de curar.

Dispositivo

DispositivoCedida

–El proceso solo tarda diez minutos. ¿Es suficiente tiempo?

–Sí, el dispositivo permite generar el mapa en apenas diez minutos. Con los métodos tradicionales, como el cateterismo o la resonancia, se requieren entre una y tres horas. En una cirugía de arritmias, los procedimientos suelen durar entre tres y cinco horas, pero con nuestra tecnología, desde los primeros minutos ya se tiene una imagen clara de la situación del paciente, permitiendo una mejor planificación y reduciendo el tiempo en el quirófano.

–Esta tecnología se presentó ayer en un hospital madrileño. ¿Se implementará a nivel nacional?

–Ya llevamos unos años desarrollándolo. Ahora es cuando hemos conseguido el marcado CE, por lo que oficialmente podemos comercializarlo, pero ya llevan tiempo trabajando en distintos hospitales dentro de sus centros de investigación. De hecho, ahora mismo está funcionando tanto en el Hospital Gregorio Marañón como en el Hospital Clínico de Barcelona, el hospital Valle de Hebrón, en el Hospital La Fe de Valencia, en Zaragoza y en Lisboa. Además, ahora nos han llamado y vamos a iniciar el proceso en Berlín y en la Clínica Mayo en Estados Unidos.

Es importante resaltar que esta tecnología es un logro del sistema sanitario español.

Aunque se trata de una novedad, su adopción dentro de los sistemas de salud es algo más complejo y lento; sin embargo, no imposible. Ejemplo de ello es el sistema de salud catalán, que ya está en proceso de incorporarlo. Lo mismo pasa con el sistema vasco, que ya ha solicitado su inclusión en la cartera de servicios. Esperamos que en los próximos años está disponible en todo el mundo.

–¿Este dispositivo está disponible para todos los pacientes?

–El dispositivo está indicado para una patología en concreto: la fibrilación auricular en adultos mayores de 18 años. Sin embargo, en hospitales como el valle de Hebrón de Barcelona ya se nos está planteando y hemos hecho pruebas en pacientes pediátricos. Está en fase de investigación, puesto que hay que demostrar que la tecnología en niños funciona igual de bien que en los más mayores, pero no vemos, de momento, ningún motivo por el que no pueda ser así.

Hasta ahora, los resultados son muy prometedores, aunque aún pasará un tiempo antes de que esté disponible en el mercado para niños.

Andreu (d) junto a sus compañeros

Andreu (d) junto a sus compañerosCedida

–¿Hay algo más que quiera destacar?¿Qué tenéis en mente para el futuro?

–Es importante resaltar que esta tecnología es un logro del sistema sanitario español. Ha sido posible gracias al apoyo de muchas instituciones, como el Hospital Gregorio Marañón, el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Estatal de Investigación. Además, nos ha ayudado la Unión Europea.

Ver cómo todas las inversiones públicas poco a poco van retornando en la generación de lo que ahora es una empresa con participación pública, pero es una empresa privada con cerca de 40 empleados y donde ya llevamos cerca de 3.000 pacientes tratados, es algo muy gratificante. Y esto es solo el principio.

Estamos desarrollando nuevas versiones del sistema, incluyendo gemelos digitales del corazón para simular terapias antes de realizarlas, y combinaciones con sistemas de mapeo invasivo para lograr una precisión aún mayor.

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